Con la incógnita de si será la última edición en la que Leonor de Borbón esté acompañada por sus padres y si el próximo año presidirá la ceremonia en solitario, como hizo su padre en 1986 cuando cumplió los 18 años, la heredera de la Corona ha vuelto a sentarse este, viernes, a la derecha de Felipe VI en la mesa presidencial del escenario de Teatro Campoamor, acompañada de la reina Letizia y su hermana la Infanta Sofía. El solemne acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias comenzó a las 18.38 horas. Al mismo, como es habitual, también ha asistido la reina emérita, Doña Sofía. En los exteriores del Campoamor, desde primera hora de la tarde han sido muchos los ciudadanos que han querido presenciar la llegada de los invitados a la ceremonia; los premiados y a la familia Real a la que han recibido con vítores y aplausos.
La lluvia ha estado muy presente toda la tarde, aunque ha dado una pequeña tregua a la llegada de la Familia Real a la alfombra azul permitiéndoles posar para los periodistas sin necesidad de paraguas. La Reina Letizia llevaba un vestido negro que dejaba un brazo al descubierto y el pelo suelto. Por su parte la princesa Leonor ha optado por un vestido azul marino y la infanta Sofía por uno que combinaba el blanco y negro.
En esta edición la Fundación ha galardonado a la actriz Meryl Streep, con el Premio Princesa de Asturias de las Artes; el profesor, escritor y filósofo Nuccio Ordine, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades fallecido el pasado mes de junio; la historiadora Hélène Carrère d'Encausse, con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, fallecida en el mes de agosto; el atleta Eliud Kipchoge, con el Princesa de Asturias de los Deportes; el escritor Haruki Murakami, con el galardón de las Letras; la organización Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas, con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional; los biólogos Jeffrey I.Gordon y Peter Greenberg y la bioquímica Bonnie L. Bassler, con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica y la organización Mary's Meals, con el galardón de la Concordia. En el caso de historiadora Hélène Carrère d'Encausse, con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha sido su hijo Enmanuel Carrère, Premio Princesa de las Letras 2021 quien recogió el premio en su nombre. En el caso de Nuccio Ordine, han recogido el galardón su hermana Maria Ordine y su pareja, Rosalia Broccolo.
Intervenciones
La presidenta de la Fundación, Ana Isabel Fernández, ha abierto las intervenciones y ha asegurado que la Fundación acompañará a la princesa Leonor en su «nuevo camino en el que se acrecientan su responsabilidad y su compromiso, ya tan firmemente sentido en estos años». También ha mostrado «profunda tristeza» por el fallecimiento del filósofo Nuccio Ordine y la historiadora Hélène Carrère d'Encausse. «Ambos eran eminentes intelectuales, con una obra intensa, lúcida, comprometida con los históricos valores del humanismo», ha apuntado. Tras la presidenta de la Fundacción ha tomado la palabra el premio Princesa de los Deportes, Eliud Kipchoge, que ha defendido en su intervención los beneficios del ejercicio físico y de salir a correr, como vehículo de para unir a las personas. «Un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz», ha subrayado.
Tras señalar que alguien que termina un maratón es capaz de lograr «cualquier cosa» en la vida, Kipchoge también se ha referido ante los presentes a una de las prioridades de la fundación que lleva su nombre, el medio ambiente. «Debemos centrarnos en inculcar prácticas de sostenibilidad acertadas que permitan cuidar nuestro plantea», ha dicho. Tras Kipchogue ha sido el director ejecutivo de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, Luis Pizarro. Pizarro ha resaltado la importancia de seguir trabajando para los «ignorados por la investigación farmacéutica tradicional porque son demasiado pobres para construir un mercado lucrativo y son desatendidos por los decidores políticos porque no tienen voz que se oiga, porque la pobreza los margina en las fronteras de nuetraa sociedad».
Tras la entrega de los galardones ha tomado la palabra la actriz Meryl Streep, que en su intervención ha indicado que el trabajo de un actor consiste en «invadir» vidas ajenas y, así, «hacer que cada vida sea accesible y sentida por el público». La ganadora de tres premios Óscars --que ha señalado que este galardón supone un reconocimiento al arte de actuar-- , ha indicado que la conexión con un personaje se produce a través de la «empatía», algo que ha definido como «el corazón palpitante del don del actor». Después de la aclamada actriz, que desde su llegada a Oviedo ha causado una gran expectación y a la que se ha visto visiblemente emocionada en su intervención, ha sido la princesa Leonor la que ha tomado la palabra. En su discurso, el quinto ya en estos Premios, ha asegurado que es muy «consciente» de su «deber» como heredera del trono y de las «responsabilidades» que trae consigo esta posición a menos de dos semanas de cumplir la mayoría de edad y jurar la Constitución.
Por su parte el Rey Felipe VI ha defendido en su intervención que en tiempos como los actuales, en los que la guerra ha vuelto no solo a Ucrania sino también a Oriente Próximo, es necesario extremar el «sentido de la responsabilidad», al tiempo que ha reivindicado que las soluciones a los muchos problemas que tiene España solo «llegarán de la unidad». «En estos tiempos que vivimos, teniendo en cuenta todos los desafíos que nos toca afrontar, es la hora del mayor sentido de la responsabilidad», ha defendido el monarca. Como es ya habitual, la Real Banda de Gaitas 'Ciudad de Oviedo' despidió con el pasacalles 'El Xarreru' a los premiados. Faltaban cuatro minutos para las 20.00 horas cuando se dio por finalizada la ceremonia después de que el Rey hiciera la habitual convocatoria de la próxima edición de los galardones.
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Su amor por España... si, claro. Eso mismo lo dicen todos los que reciben un premio en el país que les toque en cada momento. Se llama bienquedismo y sólo se lo creen los memos.