Una chica recicla ropa en un contenedor instalado en una calle de Palma por Emaya.

TW
17

El presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, informa que próximamente se van a distribuir por las diferentes barriadas de Palma 100 nuevos contenedores de ropa para tratar de fomentar la reutilización de textiles y calzado que, de momento, no es muy alta.

El sistema de recogida se realiza actualmente a través de Càritas Mallorca y la Fundació Deixalles, que son las dos ONG que gestionan este reciclaje y cada una de ellas tiene su zona de la ciudad. Esto es así desde 2016 en que la empresa municipal firmó un acuerdo con estas entidades, que son las que clasifican la ropa reciclada, la reparan y la destinan a la venta y a usos sociales. Además, esta actividad ha generado ocupación y trabajo social.

En ese momento cada una de ellas contaba con una treintena de contenedores de ropa y calzado, a los que se sumaron los cerca de cien que aportó Emaya. Ahora con este plan se contará con otro centenar de nuevas unidades por toda la ciudad.

El reparto de estas unidades, apunta Perpinyà, empezarán en breve y se irán instalando a lo largo de todo el año.

El responsable municipal aclara que «estos contenedores tienen éxito y se utilizan mucho, pero también es cierto que el porcentaje de ropa reciclada que generamos es muy bajo, todavía va demasiada ropa a los contenedores de rechazo». «Mucha gente tira hoy día la ropa directamente a los contenedores normales porque no tiene uno de ropa cerca, este es el problema», asegura.

Perpinyà explica que «todo lo que no se recicla al final genera un residuo global que no se puede aprovechar para nada y por eso queremos aumentar el reciclaje de estos productos».

La recogida de ropa existe en Palma desde 2012. En el año 2013 se amplió con la incorporación de Càritas y Deixalles.

En 2018, por ejemplo, se recogieron un total de 678.131 toneladas de ropa y calzado, casi 232 toneladas correspondientes a los contenedores gestionados por la Fundació Deixalles y poco más de 446 toneladas a los de Càritas.

La recogida de ropa tiene un claro componente estacional, las puntas máximas de recogida se producen entre abril, mayo y junio, coincidiendo con el cambio de estación; el máximo se suele producir en el mes de junio.