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La Asociación de Restauración Mallorca CAEB ha acusado al Ajuntament de Palma de «asfixiar» al sector, tras haber rechazado prorrogar 6 meses la moratoria para retirar los toldos de más de un pie, algo que deberán llevar a cabo antes del 5 de marzo.

La patronal ha defendido en un comunicado los «motivos coherentes» por los que había pedido una prórroga adicional de 6 meses a la moratoria de 18 meses que dio el consistorio, que son el desconocimiento por la gran mayoría de negocios del día de retirada obligatoria, la grave situación económica que muchos están pasando y la recesión que se prevé para este año.

Insisten en que la moratoria era para informar correctamente al sector y que los restauradores terminen de amortizar su inversión «en unos toldos y paravientos muy caros, que no molestan a nadie». Aseguran que la prórroga no suponía «en ningún momento un perjuicio para los vecinos de la ciudad».

Al denegar la prórroga, la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública establece que el 4 de Marzo de 2020 ningún establecimiento de restauración podrá tener toldo ni paravientos.

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Restauración Mallorca ha advertido de que esta circunstancia puede conllevar «el cierre de múltiples negocios que sientan sus expectativas de beneficio sobre terraza». «El problema es que cuando se nos dé la razón, ya habrán afectado a muchos pequeños empresarios y familias», alertan.

Aducen que para los restauradores supone un problema real el hecho de que las nuevas sombrillas que constituyen la alternativa a los toldos no quepan dentro de los locales y que se exija su recogida al final del día, lo que consideran «una incoherencia que no tiene fundamentación lógica alguna».

«Esto no es una guerra entre vecinos y restauradores con la Administración como espectadora, sino que es deber del Ajuntament escuchar y atender las peticiones de ambos lados y, consensuadamente, concederlas», afirma Restauración Mallorca, que acusa a Cort de «últimamente conceder todas las peticiones vecinales y negar la totalidad de peticiones de los restauradores».

Advierten de que «ello derivará en una Palma menos atractiva no solo para Europa y el turista, sino para el propio vecino de Palma».

Ante lo que califican como un «cúmulo de peticiones desatendidas», la Asociación de Restauración, conjuntamente con comercio, se plantea «llevar a cabo una serie de acciones conjuntas y seguir luchando por estos dos sectores que la administración está asfixiando».