Recreación del talud que se levantará en cada isleta a medida que se derriben las barracas. | Redacción Local

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El Ajuntament de Palma ha ahorrado unos 40.000 euros desde el inicio del proceso de desmantelamiento de Son Banya. Esta cantidad se refiere solo a la factura eléctrica del poblado que el Consistorio paga anualmente desde su creación, además de otros servicios como el de la limpieza.

Desde el inicio de los derribos de chabolas, a falta de las facturas de noviembre y diciembre de 2019 (16 meses contabilizados), el Ajuntament pagó 250.126 euros, que suponen 39.431 euros menos (-13,62 %) que el mismo periodo anterior, según informó el concejal de Cultura i Benestar Social, Antoni Noguera.

«Desde que el Ajuntament inició el plan de desmantelamiento de Son Banya el consumo eléctrico ha disminuido de forma considerable. Se trata de un ahorro importante para los ciudadanos», declaró Noguera.

La primera fase del proceso se saldó con la salida de 117 personas del poblado, 49 de ellas menores.

El edil añadió que «a pesar de ello, debemos seguir trabajando para poner punto y final al asentamiento. Antes de finalizar el año 2021 queremos que el poblado sea un solar. Los terrenos se cederán al Govern para poder construir una residencia.

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Por otro lado, Cort reconoció que cuatro de las barracas derribadas hasta el momento han vuelto a ser construidas. Ante ello, el concejal de Benestar Social dijo que lo que se hará es volver a incluir estas construcciones en la segunda fase para tirarlas de nuevo. «Es cierto que una vez derruidas las barracas los técnicos se percataron de que algunas familias las volvieron a levantar, concretamente fueron cuatro. Es por ese motivo que las hemos vuelto a incluir en la segunda fase de derribos y las vamos a tirar de nuevo», apuntó Noguera.

Recordó que en esta segunda fase está previsto levantar un talud de tierra sobre el terreno en que se derribe una chabola, a fin de evitar que se reconstruyan.

La nueva fase se ha planificado de forma diferente, pues, por una cuestión de seguridad de los trabajadores, el derribo no se realizará por viviendas sino por isletas, de las cuales quedan nueve, y cada una de ellas podrá demolerse en aproximadamente 5 días.

Todavía quedan en el asentamiento 85 infraviviendas, en las que viven 90 familias

Las segunda fase del proceso de desmantelamiento de Son Banya cuenta con un presupuesto de 917.000 euros que permitirá derribar las 85 infraviviendas que aún permanecen en el poblado y en las que residen unas 90 familias. No obstante, está previsto contratar a una empresa para la realización de un censo de los habitantes que quedan actualmente en el asentamiento. Tras la aprobación del proyecto de derribos en enero, que deberá ser adjudicado a una empresa, el siguiente paso es la contratación de los procuradores y abogados que enviarán las órdenes de desalojo a las familias afectadas, las cuales podrían comenzar a ejecutarse a partir del año que viene. Para ello se cuenta con un presupuesto de unos 50.000 euros.