De izquierda a derecha, Mateu Alemany, Joan Laporta, Ignasi Esteva y Ramón Rosselló en una imagen captada en 2004 antes de una partida de padel. | S. Cases

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Algunos futbolistas pueden jactarse de haber recibido ofertas del Real Madrid y FC Barcelona, pero Mateu Alemany Font es el único dirigente que ha seducido a ambos. El abogado mallorquín, que meses atrás rescindió su vinculación con el Valencia, otro de los trasatlánticos del fútbol español, aparece ahora vinculado a la candidatura de Joan Laporta a la presidencia del Barça.

Aunque Laporta mantiene la incertidumbre y oficialmente todavía no ha dado un paso al frente para volver a liderar al club blaugrana, en Barcelona se da por hecho que será el gran rival de Víctor Font, que lleva años preparando su candidatura.

Fue el propio Laporta quien desveló en RAC1 que Mateu Alemany era su apuesta para la dirección general del club. Unas horas después, el entorno del antiguo consejero delegado y propietario del RCD Mallorca confirmó los contactos.

El primer gran club que puso su punto de mira en el abogado mallorquín fue el Real Madrid. Alemany había protagonizado una ascensión emergente en los despachos del Mallorca, donde llegó como gerente durante la época de Miquel Contestí, si bien su gran salto coincide con el desembarco del Grupo Z.

Alemany no tardó en convertirse en el hombre de máxima confianza de Antonio Asensio Pizarro. La gestión del abogado nacido en Andratx acabó proyectando el mejor Mallorca de la historia. Su labor llamó la atención de Florentino Pérez, que nada más aterrizar en Concha Espina, puso sobre la mesa de Mateu Alemany Font una millonaria oferta que el mandatario balear acabó desestimando para asumir la presidencia del Real Mallorca. Era verano de 2.000 y Asensio lo convenció para que se quedara.

Cuatro años después, Florentino Pérez fue reelegido presidente del Madrid con una mayoría abrumadora. Y volvió a la carga. Uno de los puntos fuertes de su programa incluía la remodelación del organigrama ejecutivo del club blanco, después del giro que implicaba el nombramiento de Emilio Butragueño en sustitución de Jorge Valdano. Quiso de nuevo a Mateo Alemany, el único galáctico que «no he podido fichar», según bromeaba el propio Florentino.

Pero Alemany se resistió y prolongó su estancia en el RCD Mallorca, que no tardó en encarar la mallorquinización de su accionariado. Tras zanjar su etapa en la SAD balear y desligarse durante varios años del fútbol profesional, Mateu Alemany estuvo a punto de asumir la presidencia ejecutiva de la Liga ACB, pero aquel proyecto se quedó a medias. Con anterioridad había trabajado en una candidatura a la presidencia de la RFEF que pretendía descabalgar a Ángel María Villar.

Fue en marzo de 2017 cuando Mateu Alemany regresó al fútbol. Peter Lim lo reclutó para el Valencia. Los resultados no tardaron en llegar. El club levantino capitalizó su plantilla, regresó a la Champions y además ganó una Copa del Rey.

Ahora es Joan Laporta quien se ha fijado en el gestor mallorquín para reconstruir a un Barça inmerso en una profunda crisis deportiva y económica que ha propiciado la dimisión de Josep María Bartomeu.