Vista del cementerio palmesano de Son Valentí durante el pasado día de Tots Sants. | Teresa Ayuga

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La Empresa Funeraria Municipal (EFM) de Palma detectó el año pasado, en los nueve primeros meses, cerca de 500 muertes más de las esperadas inicialmente, si se comparan los datos de ese año con la media de los anteriores. Este incremento está, sin duda, relacionado con la pandemia del coronavirus, lo cual no implica que este exceso de mortalidad se deba únicamente a la COVID.

En concreto, según informó el gerente de la Funeraria palmesana, Jordi Vilà, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre del año pasado se realizaron en Ciutat 3.609 servicios funerarios, frente a los 3.117 contabilizados en 2019. La cifra también es muy superior a la de 2018, con 3.257 servicios, y la de 2017, con 3.119. Los meses punta de esos meses en cuanto al número de defunciones fueron marzo y abril.

Si hablamos de porcentajes, los servicios funerarios aumentaron un 15,78 por ciento el año pasado en Palma, en el mencionado periodo, en relación al año anterior, cuando las oscilaciones anuales normales de los servicios funerarios suelen ser de entorno al 5 por ciento arriba o abajo, apuntó el gerente, informa Vilà. Hubo un incremento del 9,82 por ciento de incineraciones y del 6,32 por ciento de inhumaciones.

Si se compara el número de servicios funerarios realizados el año pasado con respecto al conjunto de los tres últimos años –2019 y 2018 y 2017–, el porcentaje de incremento es del 13,18 por ciento, una cifra que confirma el importante incremento habido en 2020.

Hornos

Otro dato destacado es que se mantiene la tendencia iniciada hace tres años de aumento de las incineraciones, en detrimento de las inhumaciones. El pasado ejercicio aumentó un 2 por ciento el número de cremaciones, que ya suponen el 56 por ciento de los servicios, frente al 44 por ciento de los enterramientos.

Durante la primera ola del coronavirus, la EFM detectó como un punto débil de la empresa la capacidad de incineración. Para remediarlo se instaló un nuevo horno incinerador en el tanatorio de Bon Sosec. Esta instalación tuvo un coste de 192.272 euros. También está prevista la renovación de los hornos de Son Valentí, con un presupuesto de 1.200.000 euros.