Palma está irreconocible. Es la frase que uno no deja de escuchar desde hace meses en Ciutat. El confinamiento, sumado a la crisis sanitaria y económica, así como las restricciones derivadas de la pandemia nos han cambiado la vida, pero sobre todo ha transformado el tejido comercial de la capital palmesana.
La escasez de turistas, la bajada del consumo y el aumento de los alquileres para muchos negocios, sobre todos los más veteranos, ha hecho mella en los comercios de Mallorca. Muchos se han visto obligados a bajar la persiana de forma definitiva y otros, los menos, han apostado por cambiar de aires, mudándose a zonas comerciales más en boga.
La COVID está logrando que los hábitos de consumo cambien. Mientras Jaume III o la calle Sindicat languidecen, con cada vez más locales en el que cuelga el cartel de 'se alquila', en cambio el Born y la zona que incluye la Plaça del Mercat y la calle Unió viven todo un renacer, con el foco dirigido en atraer un público más exclusivo.
Así han cambiado en poco más de un año y medio las zonas comerciales de Ciutat
La fisonomía de la Plaça del Mercat y calle Unió es la que más transformación ha sufrido. La veterana tienda del diseñador gallego Adolfo Domínguez de calle Unió nº 5 echó el cierre definitivamente en julio de 2020 tras más de dos décadas en esta céntrica zona comercial.
Tres meses después, en octubre de 2020, la tienda de la marca Purificación García dejó su ubicación en la Plaça del Mercat para trasladarse muy cerca, enfrente, al número 11 de calle Unió, que hasta unos meses antes ocupaba The Body Shop, muy cerca del Gran Hotel; franquicia, a su vez, que conserva todavía un punto en la calle Sant Miquel, 14.
Mientras que la tienda de Nespresso, hasta hace poco tiempo instalada en Unió 9, se ha mudado a finales de mayo de este 2021 a un nuevo establecimiento en el número 6 de Jaume III.
En el Casc antic, la situación no ha sido más positiva. La calle Sindicat, por ejemplo, está en número rojos, y ha perdido, entre otras, la tienda de calcetines Sockland por culpa de la pandemia. Tras tres años de trabajo, su propietario, José, tiraba la toalla, después de un verano nefasto para las ventas.
Una década después de su apertura, Mega Estil también colgó las tijeras y cerró sus puertas. Antonia Juan Bonafé y Javier Linares, sus propietarios, bajaron la barrera, esta vez de manera definitiva, a finales de enero de este año. Los últimos meses antes de tomar la decisión fueron críticos para ellos, pero en realidad llevaban tres años pasando dificultades.
Los niños son los que más están penando esta crisis del coronavirus. Imaginarium cerró este año hasta 41 de sus establecimientos en todo el país. Aunque antes ya había caído su tienda ubicada en la calle Unió, la última en cerrar su 'puerta chica' fue la del centro comercial Alcampo, en febrero de este 2021 aciago.
Después de cuatro años luchando por mantener con vida una de las pocas tiendas de vinos y vermuts con estilo arcaico y con tradición mallorquina, Uta Gritschke cerró las puertas de su Bodega Santa Clara el 3 de junio de 2020 (la antigua Sifoneria de Intersecció Art), ubicada en el barrio de sa Calatrava, en pleno Casco Antiguo de Palma.
El 30 de enero nos despertamos con la noticia de que la aventura del Bon lloc, el primer restaurante vegetariano de Mallorca, llegaba a su fin tras 42 años de historia. Su cierre se debió a las dificultades económicas y sociales generadas por la COVID.
En agosto del año pasado echó el cierre Parabellum, el edén del entretenimiento, o lo que es lo mismo, el primer bar en la Isla que fue pionero en mezclar comer, beber y jugar. Ha reunido a diario a un fiel número de clientes que pasaban su tiempo libre entre cartas, figuritas y tableros de fantasía. Reabrió después del confinamiento, pero los números no cuadraban, y sus dueños se vieron obligados a vender todos los juegos y cerrar definitivamente.
El bar Chicho, en la calle Tizia, bajó la persiana de forma definitiva el año pasado. Famoso por su caña y tapa a un euro, llevaba 40 años en este emplazamiento, y 18 en manos de Juan Pedro Alarcón. El 30 de septiembre de 2020 echaron las últimas cañas y ofrecieron sus últimas tapas caseras, elaboradas por Resu, esposa del propietario, el otro gran pilar de este local de barrio.
El mítico bar Galeón de s'Arenal, que destacó por la clientela nacional en una zona eminentemente ‘guiri', también ha echado el cierre tras 38 años de trabajo, fiestas y diversión. Sin duda, el fin de una época gloriosa. Francisco Jiménez, su propietario, apostó desde el principio por la música nacional para atraer al público local. Eso, junto a una selección del mejor funky y rock de los 70 y 80, convirtió este local en un ‘templo' de la diversión para miles de jóvenes, y no tan jóvenes.
Y a mitad de noviembre se despedirá el restaurante indio Basmati (calle Caro, 7) tras 18 años como referente de la comida india para los mallorquines. El propietario, Shahin Awal, ha tomado esta dura decisión para volver a Bangladesh y cuidar a sus padres.
Sin olvidar que el Mercado Gastronómico San Juan se encuentra cerrado a cal y canto desde la pandemia y a finales de 2020 entró en concurso de acreedores. En la actualidad está liquidando sus bienes para hacer frente a las deudas adquiridas.
Nueva oportunidad
Curiosos resultan los dos casos siguientes. En marzo de 2021 reabrió el bar Cristal de Plaça d'Espanya, que desapareció hace casi tres años para dar paso a un Es Rebost.
Idéntico periplo ha vivido el Bar Atlántico, de la calle Sant Feliu de la Lonja. Anunció su despedida el pasado mes de mayo, tras 25 años sirviendo cócteles, pero a mediados de agosto ha vuelto a reabrir de la mano de Guillermo Mateu, que ha formado un equipo con su hijo Juan y con Paula Aguiló, quien ya trabajaba en el local desde hace años.
Me hace gracia leer que la tienda de Disney cerró por culpa del capitalismo. Hay algo más capitalista que Disney? Esto se llama oferta y demanda y existe desde siempre. Lo siento por los nostálgicos, pero coged un libro de historia por favor...
Todo esto es consecuencia, más que de la covid-19 y sus efectos, del propio capitalismo salvaje insostenible en el que vivimos (aunque para algunos es muy sostenible). Solo están aguantando los grandes negocios que no han sufrido tan directamente este último año y medio. La pequeña empresa, reventada viva, la mediana, explotando su burbuja (Imaginarium) y la grande, monopolizando el mercado gracias a la caída de la competencia. Canibalizando y haciéndose más fuerte.
Recordar que en el capitalismo salvaje, que se abran y que se cierren negocios, ya pasaba antes de la covid. Lo que pasa es que entonces los consumidores seguían comprando y alimentando muchas burbujas que, con situaciones extremas (como la pandemia) iban a explotar tarde o temprano. Un ejemplo es la tienda de Disney, con precios desorbitados desde el primer día, que por algún motivo seguía abierta. La otra cara es la tienda de calcetines, que son un alquiler tan alto, luz, etc., deja de ser rentable. En general, una gran limpieza en un periodo de tiempo bastante corto, que eso sí es notable, contado desde un punto de vista muy sensacionalista.
No es el covid, ni las enfermedades lo que cierran comercios y mandan a trabajadores al paro y la pobreza, sino su gestión política ordenando confinamientos para que los sanitarios no se estresen. Porque los únicos trabajadores que les importan a los políticos son los trabajadores públicos; los otros, los que mantienen el tinglado, que paguen y callen. ¿Y por qué no hablar de una política pública de alquileres de locales comerciales? - No, demasiado complicado para estos políticos. Son más de diseñar bonitos panfletos inclusivos LGTBI y cosas así... Luego está Amazon, sobre lo que los políticos también podrían haber hecho algo si tuvieran un poco de imaginación: como crear una plataforma similar a nivel local a la que estuvieran unidos todos los comercios locales digitalizando, ofertando y haciendo accesibles e inmediatos todos sus productos. Pero también demasiado esfuerzo, muy complicado. -- Y así vamos, sin lucha, sin riesgos, sin innovación ni ambición; sólo rutina e inercia. Resultado: efecto Gomila para toda Palma: degradación y tercermundización: locales vacíos y proliferación de otros regentados por chinos y paquistaníes, señal inequívoca del fin de la clase media. Nunca antes se había visto tal caída en picado. Y aún así, la población no para de aumentar, entre latinoamericanos, magrebíes y subsaharianos. Y la oposición, aspirando a gobernar pero sin ninguna alternativa. A conseguir la poltrona, los sueldos y los cargos. Tampoco cabe esperar nada de ellos. Pero tú a pagar impuestos y a mantenerles a todos, todos. Eso siempre.
Mucha gente de fuera, ruidos, costumbres raras, contaminación, patinetes eléctricos por las aceras. El gobierno balear también vive en una burbuja. El Ayuntamiento dice hablar con los vecinos pero es una charla de protocolo y nada más. Colas del hambre al lado del Mercado del Olivar, 140 personas diarias en busca de comida. Indiferencia de todo el personal del Consell cercano. Verguenza.
Dese hace años Palma es una ciudad sucia y degradada,no han hecho nada para evitar que todas sus paredes estén pintarrajeadas y sucias,están creando barrios de primera y segunda,peatonalizando sin ton ni son encontrá de la opinión de vecinos y comerciantes,han conseguido aumentar los atascos con medidas como quitar el paso subterráneo de las avenidas o limitando la velocidad en la autopista,ahora el atasco es continuo cuando antes se limitaba a las horas punta....nunca un ayuntamiento había hecho tantos desastres en tampoco tiempo,la gente ya no quiere ir al centro ni aunque la paguen y pronto veremos la desaparición de grandes comercios del centro,si no al tiempo.
La política tiene mucha culpa, pero..A caso no está en nuestra mano ser buenos ciudadanos?. ¿Quién sube los alquileres a precios abusivos a sabiendas del problema social? el Alcalde (del color que sea)?. El problema de esta sociedad es el egoísmo. No tenemos consciencia de grupo. Y luego muchos van de patriotas, pero el patriotismo se mide también en como somos y cual es nuestra actitud frente a injusticias. Los problemas se resuelven empezando por nosotros, no tenemos que esperar a qué Papá Estado nos obligue a portarnos bien.
Ayer lo hablaba con mi padre sobre este tema. Palma está apagada, triste, sin nada que hacer. Hay un ambiente raro. Una ciudad sin alegria, cara para vivir y sucia. Nosotros (mi mujer y yo) seguramente nos iremos de Palma porque estamos de alquiler y pronto nos termina el contrato por lo cual habrá actualización y como se pueden suponer habrá subida de precio y para estar en zona Pere Garau con todo lo que hay nos iremos al pueblo y nos ahorraremos mucho dinero cada mes. Ya veremos de aquí a dos o tres años que pasa. Ahora es un asco y da pena Palma. Sólo están bien los delincuentes, los sinvergüenzas y los incívicos. Gente con un poco de educación y saber estar no quiere estar en esta ciudad!! Mucha mano dura y mucha limpieza es lo que hace falta ( y no sólo de inmigrantes sino también de mucho españolito)
Se ha producido una fractura social-económica en la última década que tenía a estos negocios tradicionales muy tocados.. y el CuentoCovid ha sido el colofón... la Traca final.. lo explicaré..
Librerias, mercerias, pieles, peluches... estos productos tenían su público hace 20 años.. pero el Chaval/a de 25 años standard que pupula por Palma.. no ha comprado un libro en su vida, ni ha cosido un botón ¿coser, eso qué es?, ni se va a comprar un abrigo de pieles o un peluche... sus sueños más húmedos incluyen un iphone y tatoos.. amén de porretes para combinarlos..
Si a esto juntamos el ataque frontal y sin paliativos de las administraciones contra los pequeños negocios.. ( Para las multinacionales, todos son ventajas.. Amazon por ejemplo) , nadie se plantea por ej los miles de millones de toneladas de cartón tirads por tanto paquete, amén de gasoil malgastado para llevar paquetitos... luego van de verdes ellos... de verde Dólar ))).
Hay poca solución el objetivo es la DESTRUCCIÓN DEL PEQUEÑO COMERCIO FAMILIAR.. hay poca solución, yo les recomiendo agruparse, juntar varios negocios en uno, reducir costes y tener horarios chinos.. y aguantar.. Innovar en lo que se pueda e ir aguantando.. Eso sí tengan claro que una vez que cierren NO VOLVERÁN A ABRIR EN SU VIDA.. asi pues agrupénse, colaboren y aguanten... El Enemigo es MUY PODEROSO.. Y TODO ESTÁ DE SU PARTE.
Pues ya veréis en una década como estará Palma al paso que vamos. Yo ya estoy buscando trabajo fuera. Todo está degradado, sucio, lleno de chusma y con un empleo tercermundista enfocado cada vez mas solo al turista y la estacionalidad. Aquí ya no se pueden hacer planes de futuro, ni tener una tranquilidad laboral para hacer planes a medio plazo siquiera. Estercolero inmundo en lo que se ha convertido mi isla. Penoso todo.
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Me hace gracia leer que la tienda de Disney cerró por culpa del capitalismo. Hay algo más capitalista que Disney? Esto se llama oferta y demanda y existe desde siempre. Lo siento por los nostálgicos, pero coged un libro de historia por favor...
Todo esto es consecuencia, más que de la covid-19 y sus efectos, del propio capitalismo salvaje insostenible en el que vivimos (aunque para algunos es muy sostenible). Solo están aguantando los grandes negocios que no han sufrido tan directamente este último año y medio. La pequeña empresa, reventada viva, la mediana, explotando su burbuja (Imaginarium) y la grande, monopolizando el mercado gracias a la caída de la competencia. Canibalizando y haciéndose más fuerte. Recordar que en el capitalismo salvaje, que se abran y que se cierren negocios, ya pasaba antes de la covid. Lo que pasa es que entonces los consumidores seguían comprando y alimentando muchas burbujas que, con situaciones extremas (como la pandemia) iban a explotar tarde o temprano. Un ejemplo es la tienda de Disney, con precios desorbitados desde el primer día, que por algún motivo seguía abierta. La otra cara es la tienda de calcetines, que son un alquiler tan alto, luz, etc., deja de ser rentable. En general, una gran limpieza en un periodo de tiempo bastante corto, que eso sí es notable, contado desde un punto de vista muy sensacionalista.
No es el covid, ni las enfermedades lo que cierran comercios y mandan a trabajadores al paro y la pobreza, sino su gestión política ordenando confinamientos para que los sanitarios no se estresen. Porque los únicos trabajadores que les importan a los políticos son los trabajadores públicos; los otros, los que mantienen el tinglado, que paguen y callen. ¿Y por qué no hablar de una política pública de alquileres de locales comerciales? - No, demasiado complicado para estos políticos. Son más de diseñar bonitos panfletos inclusivos LGTBI y cosas así... Luego está Amazon, sobre lo que los políticos también podrían haber hecho algo si tuvieran un poco de imaginación: como crear una plataforma similar a nivel local a la que estuvieran unidos todos los comercios locales digitalizando, ofertando y haciendo accesibles e inmediatos todos sus productos. Pero también demasiado esfuerzo, muy complicado. -- Y así vamos, sin lucha, sin riesgos, sin innovación ni ambición; sólo rutina e inercia. Resultado: efecto Gomila para toda Palma: degradación y tercermundización: locales vacíos y proliferación de otros regentados por chinos y paquistaníes, señal inequívoca del fin de la clase media. Nunca antes se había visto tal caída en picado. Y aún así, la población no para de aumentar, entre latinoamericanos, magrebíes y subsaharianos. Y la oposición, aspirando a gobernar pero sin ninguna alternativa. A conseguir la poltrona, los sueldos y los cargos. Tampoco cabe esperar nada de ellos. Pero tú a pagar impuestos y a mantenerles a todos, todos. Eso siempre.
Mucha gente de fuera, ruidos, costumbres raras, contaminación, patinetes eléctricos por las aceras. El gobierno balear también vive en una burbuja. El Ayuntamiento dice hablar con los vecinos pero es una charla de protocolo y nada más. Colas del hambre al lado del Mercado del Olivar, 140 personas diarias en busca de comida. Indiferencia de todo el personal del Consell cercano. Verguenza.
Bien venidos al capitalismo salvaje. Sólo los poderosos se salvarán
Dese hace años Palma es una ciudad sucia y degradada,no han hecho nada para evitar que todas sus paredes estén pintarrajeadas y sucias,están creando barrios de primera y segunda,peatonalizando sin ton ni son encontrá de la opinión de vecinos y comerciantes,han conseguido aumentar los atascos con medidas como quitar el paso subterráneo de las avenidas o limitando la velocidad en la autopista,ahora el atasco es continuo cuando antes se limitaba a las horas punta....nunca un ayuntamiento había hecho tantos desastres en tampoco tiempo,la gente ya no quiere ir al centro ni aunque la paguen y pronto veremos la desaparición de grandes comercios del centro,si no al tiempo.
La política tiene mucha culpa, pero..A caso no está en nuestra mano ser buenos ciudadanos?. ¿Quién sube los alquileres a precios abusivos a sabiendas del problema social? el Alcalde (del color que sea)?. El problema de esta sociedad es el egoísmo. No tenemos consciencia de grupo. Y luego muchos van de patriotas, pero el patriotismo se mide también en como somos y cual es nuestra actitud frente a injusticias. Los problemas se resuelven empezando por nosotros, no tenemos que esperar a qué Papá Estado nos obligue a portarnos bien.
Ayer lo hablaba con mi padre sobre este tema. Palma está apagada, triste, sin nada que hacer. Hay un ambiente raro. Una ciudad sin alegria, cara para vivir y sucia. Nosotros (mi mujer y yo) seguramente nos iremos de Palma porque estamos de alquiler y pronto nos termina el contrato por lo cual habrá actualización y como se pueden suponer habrá subida de precio y para estar en zona Pere Garau con todo lo que hay nos iremos al pueblo y nos ahorraremos mucho dinero cada mes. Ya veremos de aquí a dos o tres años que pasa. Ahora es un asco y da pena Palma. Sólo están bien los delincuentes, los sinvergüenzas y los incívicos. Gente con un poco de educación y saber estar no quiere estar en esta ciudad!! Mucha mano dura y mucha limpieza es lo que hace falta ( y no sólo de inmigrantes sino también de mucho españolito)
Se ha producido una fractura social-económica en la última década que tenía a estos negocios tradicionales muy tocados.. y el CuentoCovid ha sido el colofón... la Traca final.. lo explicaré.. Librerias, mercerias, pieles, peluches... estos productos tenían su público hace 20 años.. pero el Chaval/a de 25 años standard que pupula por Palma.. no ha comprado un libro en su vida, ni ha cosido un botón ¿coser, eso qué es?, ni se va a comprar un abrigo de pieles o un peluche... sus sueños más húmedos incluyen un iphone y tatoos.. amén de porretes para combinarlos.. Si a esto juntamos el ataque frontal y sin paliativos de las administraciones contra los pequeños negocios.. ( Para las multinacionales, todos son ventajas.. Amazon por ejemplo) , nadie se plantea por ej los miles de millones de toneladas de cartón tirads por tanto paquete, amén de gasoil malgastado para llevar paquetitos... luego van de verdes ellos... de verde Dólar ))). Hay poca solución el objetivo es la DESTRUCCIÓN DEL PEQUEÑO COMERCIO FAMILIAR.. hay poca solución, yo les recomiendo agruparse, juntar varios negocios en uno, reducir costes y tener horarios chinos.. y aguantar.. Innovar en lo que se pueda e ir aguantando.. Eso sí tengan claro que una vez que cierren NO VOLVERÁN A ABRIR EN SU VIDA.. asi pues agrupénse, colaboren y aguanten... El Enemigo es MUY PODEROSO.. Y TODO ESTÁ DE SU PARTE.
Pues ya veréis en una década como estará Palma al paso que vamos. Yo ya estoy buscando trabajo fuera. Todo está degradado, sucio, lleno de chusma y con un empleo tercermundista enfocado cada vez mas solo al turista y la estacionalidad. Aquí ya no se pueden hacer planes de futuro, ni tener una tranquilidad laboral para hacer planes a medio plazo siquiera. Estercolero inmundo en lo que se ha convertido mi isla. Penoso todo.