Los inquilinos vacían la casa a toda prisa ante la presencia de la policía y sacan una tele de plasma. | Pilar Pellicer

TW
69

Una Thermomix, cinco coches de alta gama, bolsos de marca, una tele de plasma de tamaño considerable y decenas y decenas de bolsas de basura repletas de ropa y zapatos... Este jueves se zanjaron por fin tres años de calvario por el impago de alquiler de un chalet en El Amanecer. La cifra total adeudada asciende a 68.000 euros, que sumados a las costas judiciales, alcanzan la cantidad de 120.000 euros que tendrán que abonar los inquilinos, que abandonaron la casa a regañadientes.

A las 13.30 horas estaba previsto el desahucio de este chalet de El Amanecer, pero tuvieron que personarse tres furgones policiales para lograr el desalojo de la vivienda propiedad de la familia de Jaime Palmer. Un acto que poco tuvo que ver con los habituales desahucios de personas sin recursos. «Esto es muy desagradable. Estamos en shock», decía el matrimonio propietario, que esperaba en la puerta acompañado de abogados, agentes judiciales y policía. Los dueños habían reclamado la vivienda en numerosas ocasiones, desesperados por las deudas. Mientras tanto, este matrimonio está viviendo de alquiler en un pequeño piso de una barriada de Palma.

Los arrendatarios llevaban en la vivienda desde 2013 pero en los últimos tres años habían dejado de pagar el alquiler, con el que los propietarios pagaban la hipoteca que el banco estuvo a punto de ejecutar. Los juzgados nos dieron la razón en enero», dijo Palmer, que lamentó las múltiples argucias legales que han llevado a cabo los inquilinos para retrasar la salida de la casa y justificar el impago. Los inquilinos decían que había un contrato de alquiler con opción a compra pero no habían llevado a cabo la adquisición en el plazo acordado y luego se negó a seguir pagando la vivienda sin abandonarla.

Como último acto de resistencia, este jueves los condenados, que tenían un alto nivel de vida, no habían recogido ninguno de sus enseres y hubo discusiones con los agentes judiciales para retrasar el lanzamiento. Hora y media después, ya habían vaciado sus armarios pero atrás quedó todo el mobiliario e incluso comida en la cocina. «Podrían haber hecho una mudanza con tiempo, se les avisó del lanzamiento en octubre», señalaron los abogados del despacho Illes Lex, que defienden a los propietarios del chalet. Funcionarios del juzgado señalaron que «lo habitual es que se entregue la vivienda a la hora acordada y que ya estuviese vacía». Los inquilinos estuvieron esperando hasta el último minuto confiando en que podrían quedarse en la casa aún más tiempo.