El Drac de na Coca ha sido uno de los protagonistas. | Laura Becerra

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Una apacible y soleada mañana de domingo permitió a miles de niños y adultos disfrutar de los juegos, espectáculos y actividades infantiles programados en el Parc de sa Riera por el Ajuntament con motivo de las fiestas patronales de Palma. En esta edición de 'Sant Sebastià Petit' hubo de todo: teatro, magia, marionetas, espectáculos musicales, cuentacuentos, circo, pasacalle, una gimcana temática sobre los derechos de la infancia y la adolescencia, talleres de diversas disciplinas, juegos de todo tipo,... Hubo incluso un autobús de la EMT customizado con motivos infantiles, una ambulancia de la Cruz Roja abierta al público y dos imponentes caballos de la Policía montada que atraparon la atención de los más pequeños. Por supuesto, no faltó a la cita el auténtico y genuino 'Drac de na Coca', que el día anterior había sido despertado, sacado de Cort y alimentado con 'pebres de cirereta' por una multitud de niños. El dragón pasó toda mañana tomando el sol, flanqueado por dos 'Gegants de la Sala' y posando junto a todos los palmesanos, grandes y pequeños, que quisieron fotografiarse con él.

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«Es el primer año que venimos y la verdad es que nos ha sorprendido lo grande que es esto y la cantidad de propuestas que hay», explica Nacho Massot, quien ha acudido acompañado de su esposa y sus dos hijos, a quienes «les ha encantado la gimcana y ahora quieren ir a ver el show de magia. Eso sí, está todo disperso en un espacio muy amplio y te pasas la mañana caminando. Y también haciendo cola, porque hay muchísima gente. Pero, desde luego, esto nos gusta mucho más que los conciertos nocturnos», concluye.

Los zancudos han llamado la atención de pequeños y mayores
Los zancudos han llamado la atención de pequeños y mayores.

«Nosotros venimos cada año, y los niños se lo pasan pipa», señala Borja Miñano, que también ha venido con su mujer y sus hijos. «A los nuestros, lo que más les gusta son los juegos. Por supuesto, cada año nos hacemos una foto junto al dragón, aunque solo con la mayor, porque al pequeño todavía le da miedo», cuenta.