Un grupo de turistas pasea por el centro de Palma, con cableado visible en las fachadas. | Jaume Morey

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El soterramiento del cableado de las líneas de electricidad y telecomunicaciones en el aire o en fachadas se ha propuesto en insistentes ocasiones, sin embargo poco se ha avanzado en este aspecto, al menos en Palma. Fuentes municipales recuerdan que la Ley General de Telecomunicaciones establece que las empresas no tienen la obligación legal de soterrar el cableado aéreo existente tanto el eléctrico como el de las empresas de telecomunicaciones.

Ante esta situación lo único que puede hacer el Ajuntament es llegar a acuerdos con las empresas para que los soterren evitando así una mala imagen estética, así como los problemas que pueda general la obsolescencia del cableado. En este sentido, cabe recordar que Cort realizó un Plan piloto de Actuación en 2018 para la eliminación del cableado aéreo en el barrio de sa Calatrava. Tenía por entonces un objetivo finalista para actuar sobre los barrios del centro histórico ya que es un conjunto declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Sin embargo lo único que pueden hacer los ayuntamientos es llegar a acuerdos de colaboración con estas empresas para accedan a soterrar los cables que ya están en el aire puesto que cuando se hace obra nueva, el soterramiento de las líneas ya es obligado. Así pues, la instrucción de Sa Calatrava se quedó en papel mojado porque prácticamente no se ha llevado en ningún caso.

En este barrio trabajaron Urbanisme e Infraestructures que finalmente detectaron, según fuentes municipales, que la normativa estatal permitía que se mantuvieran así. La única norma a la que podían acogerse era la paisajística, pero no había fuerza legal.

Este sistema hacía que los propietarios que quisieran adecuar su finca con nuevos contadores debieran confiar en que las empresas de telecomunicaciones realizaran una inversión, y ése fue el principal escollo para llevarlo a cabo. El anterior ejecutivo se reunió con el sector para tratar de forzar un acuerdo y poner de manifiesto la necesidad que, en su día también defendió la asociación ARCA para la conservación del patrimonio.