Los regidores Xisco Dalmau, Elena Navarro y Neus Truyol, en el pleno del Ajuntament de Palma | Pere Bota

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La derogación de la moratoria de nuevas plazas hoteleras en Palma ha reavivado la bronca entre el equipo de gobierno, con el apoyo de Vox, y la izquierda. De esta manera, a partir de ahora se podrían abrir establecimientos hoteleros en edificios catalogados, aunque no quedan plazas turísticas en la bolsa de alojamientos turísticos del Consell de Mallorca. La portavoz socialista, Rosario Sánchez, ha señalado este jueves en el pleno del Ajuntament de Palma que «¿por qué juegan al Monopoly? Palma es la mejor ciudad para el que se la pueda pagar».

Sánchez advirtió que «nos preocupa que este acuerdo se lleve al pleno porque tenemos serias dudas de su legalidad, es impugnable. Nada justifica esta medida. ¿Por qué se presentó la propuesta en la víspera de Sant Sebastià? ¿Por qué se pondrán intercambiar o vender estas plazas turísticas? En el Consell de Mallorca las plazas turísticas están agotadas, ¿a qué intereses están respondiendo? En el Plan General de 2023 ya estaba consensuado el crecimiento hotelero con vecinos y la Asociación Hotelera de Palma».

A su vez, el regidor de Urbanisme, Óscar Fidalgo, señaló que «en el periodo de 2015 a 2020 se crearon más de 79.000 plazas de turismo vacacional. En pandemia se abrieron 1.245 nuevas plazas turísticas en 109 establecimientos por parte de la Conselleria de Turisme i Treball». Fidalgo acusó a la izquierda de «hipocresía».

Por su parte, el regidor de Vox, Fulgencio Coll, advirtió a los partidos de izquierda que «lo importante es lograr el equilibrio y que se facilite el turismo. Ustedes están del lado de la turismofobia». Lucía Muñoz, portavoz de Unidas Podemos, acusó al equipo de gobierno «quiere convertir toda Palma en un hotel boutique. ¿A qué persona con nombres y apellidos quieren beneficiar con estas medidas?».

La portavoz de Més, Neus Truyol, explicó que «los hoteleros no quieren crecer más. El propio sector hotelero considera que hay que poner límites al turismo. Incluso los propios turistas. Sobran hoteles y faltan casas. Los propietarios de edificios catalogados pueden hacer otro uso que no sea turístico».