A la vera del aeropuerto de Son Sant Joan, con Sa Casa Blanca y s'Aranjassa próximos y delimitando con Llucmajor y Marratxí, el Pla de Sant Jordi al que da nombre es su radio de acción y ya desde el siglo XIV era parte de la posesión de Ses Arnaldes y en 1451 se tiene constancia de una iglesia y un pequeño núcleo de población, siendo terreno de caza mayor y zona inundada hasta hace unas décadas, al estar por debajo incluso del nivel del mar en algunos tramos.
Espacio agrario y ganadero, la Fira del Caragol es una de sus grandes citas, además de la festividad del patrón, Sant Jordi, que hacen suyo al igual que Sant Antoni por encima del de Palma, Sant Sebastià. Comunicados gracias a la EMT con la ciudad a través de las líneas 14 y 31, aunque lamentando la pobre conectividad y el descenso de frecuencias los fines de semana y festivos, poseen un campo de fútbol, unas pistas polideportivas y la piscina a la que da nombre el nadador Xavi Torres. La unidad básica de salud ofrece cobertura entre semana y por las mañanas y el CEIP Sant Jordi es el centro educativo de referencia.
Un mismo edificio da cabida al Casal de Barri, el centro cultural y la biblioteca, mientras que el Policía de Barrio lo comparte con otros núcleos del distrito. A 18 kilómetros de Palma, quieren alzar la voz para hacerse notar y trasladar hasta Cort las inquietudes y peticiones de los ciudadanos de Sant Jordi, «que pagamos los mismos impuestos que el resto, pero tenemos menos servicios», aseguran desde la Associació de Veïnats, erigida en portavoz, dentro de una corriente secundada por el resto de entidades.
No escapa de Sant Jordi un fenómeno expandido por toda Palma como es el incivismo y la inseguridad, con actos vandálicos e incluso algunos robos en fincas e intentos de okupación, pese a lo cual, lamentan a que a la Policía Local «no la vemos», definiendo como «insuficiente» el agente de barrio asignado. A ellos se suman otros problemas de calado global como la falta de aparcamientos o el problema del acceso a la vivienda, que frena a los jóvenes del núcleo, que no pueden acceder a la misma, más cuando el aumento de población se ha hecho patente.
«Queremos los mismos derechos que los que viven en la calle Colliure, la Murada o Jaume III», expresan los vecinos de Sant Jordi, quienes lamentan la cantidad de «promesas que no han llegado a ningún lado ni están cerca de la realidad, como la Plaza Bisbe Planas», cuya reforma denuncian que acumula retraso, además de las deficiencias en cuanto a falta de luz, agua, sombra o infraestructuras, junto a los árboles en mal estado que se han sembrado. «Tres años después, todavía no está acabada», destacan, contrastando con la remodelación de la Plaça de Son Fullana.
Sin duda, un punto en el que inciden dentro del capítulo de peticiones y problemáticas que plantean los vecinos de Sant Jordi es la falta de espacios públicos y municipales. Además de la plaza por acabar, la reforma del colegio público es otra necesidad, faltando espacio y llevando a desarrollar clases en aulas prefabricadas. La mejora o construcción de un nuevo centro educativo es otra petición sobre la mesa.
No muy lejos, apuntan al polideportivo, cuyas canchas denotan una alarmante falta de mantenimiento, advirtiendo la posible instalación de pistas de pádel que restaría espacio a los usuarios habituales. Esa reclamación de mejoras se extiende al campo de fútbol, falto de vestuarios y sometido a un elevado desgaste por la gran cantidad de equipos que entrenan y juegan y, en consecuencia, de partidos que se disputan.
Esa ausencia de espacios públicos en Sant Jordi es una petición de las diferentes asociaciones, que también reclaman un centro de día para la gente mayor, que tiene en un bar de la plaza su punto de encuentro, mientras que los jóvenes no encuentran un lugar en el que desarrollar actividades en común, abriendo la puerta a que busquen otras alternativas o, sencillamente, salgan de Sant Jordi para socializarse. «Tenemos a muchos jóvenes activos y debemos darles apoyo porque si dejamos perder este activo, Sant Jordi, como pueblo, tendrá fecha de caducidad. Ellos son nuestro futuro», aseguran.
Dos asuntos que preocupan a nivel de imagen y salubridad es la presencia de mosquitos en un espacio que era una albufera y próximo al campo, con una depuradora a pocos metros del centro del pueblo y un torrente sucio, lo que hace que aumente el riesgo de propagación de enfermedades y de que las noches de verano sean una pesadilla para unos vecinos castigados por las picaduras. Además, la acumulación de malas hierbas en las calles ha hecho que muchas aceras sufran desperfectos. Ahí entra en juego Emaya, a quien reclaman una mayor actuación al respecto, pese a notar más presencia en los últimos meses.
También desde el aire viene otro lastre histórico. La proximidad de Son Sant Joan hace que el paso de los aviones, y más en temporada estival, deje su ruido como parte del paisaje sonoro de Sant Jordi, lamentando que nadie mire por el bienestar físico y mental de los vecinos, además de pedir un poco más de implicación por parte de AENA hacia el pueblo, al que parece haber dado la espalda pese a tener las pistas a sus pies y pese a la contaminación acústica y ambiental a la que está expuesto.
La falta de una OAC (Oficina d'Atenció a la Ciutadania) ni oficinas de información aleja a Sant Jordi del Ajuntament de Palma y hace más complicado el acceso a la administración a las personas mayores o con movilidad reducida. «La administración está muy lejos», lamentan. Ese espacio forma parte de su lista de peticiones, de la misma manera que un estímulo para los agricultores y el sector primario, inseparable de la historia del pueblo, promoviendo la reforma de molinos para, además de aprovechar su potencial, fomentarlos como reclamo turístico. «Cada vez trabaja menos gente en el campo y no se les motiva...», lamentan los vecinos.
Ese sentimiento de lejanía respecto a Palma y su burocracia hace que esté siempre sobre la mesa la posibilidad de adquirir el rango de Entidad Local Menor, que únicamente en Baleares ostenta Palmanyola, y les daría una dosis extra de autonomías. Porque tal es el sentimiento en Sant Jordi que no se suele celebrar Sant Sebastià, el patrón de Palma. «Aquí celebramos Sant Jordi, que es nuestro patrón, y Sant Antoni. Por Sant Sebastià no tenemos ni conciertos, ni actos, ni 'foguerons' ni autobús para ir a las verbenas de Palma», recuerdan como argumentario.
A todo ello se ha sumado un fenómeno que ha aterrizado en ese rincón de Palma, tras hacerlo por diferentes municipios de la Isla. Porque excursiones incontroladas de quads y todoterrenos que atraviesan Sant Jordi y sus zonas rurales, rodando a alta velocidades y por espacios naturales y fuera del núcleo urbano, lo que genera problemas a los propietarios de parcelas y agricultores.
«Queremos seguir vivos, no queremos sentirnos abandonados», aseguran los diferentes colectivos, que destacan la implicación «de las personas que forman parte del pueblo, viven y se interesan por nosotros. Haremos lo que haga falta para mantenerlo porque lo queremos», concluyen los vecinos de Sant Jordi, que muestran un empuje forjado a base de decepciones y lucha al sentirse apartados del día a día del municipio por su periférica ubicación.
10 comentarios
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YA ES LA HORANo se hizo porque también querían el aeropuerto y para el Ayuntamiento no era rentable.
Quan d'al.lotet vaig saber que Sant Jordi, un poble -poble, exclusivament agrícola, que produía gran part de la llet i les verdures i hortalisses que es consumíen a Palma, i amb uns habitants d'una idiosincriasia semblant a Campos o Muro, no tenia ajuntament i que pertanyía a Palma, i era administrat des de Cort, ben igual que es Born o les Avingudes, vaig començar a entendre que la política no tenia cap ni peus, era una matèria imprevisible i inefable. I segueix igual. Veig.
TONI RGran idea, tres dies haurien de bastar.
Por la noche no deberían escucharse aviones. Y los oigo hasta en marratxi.
Som i SeremMillor de 11.00 a 12.00 i dilluns, dimecres i divendres...que en dius de dois...
Lo que tendría que hacer Sant Jordi es unirse a toda la Playa de Palma, desde Can Pastilla hasta el Arenal de LLucmajor incluidos, y hacer como ya se quiso en los 70, un ayuntamiento propio de la Platja de Palma que incluyera Sant Jordi si así lo quisieran. Veríamos cuanto dinero generamos esta zona y lo que aportábamos a Palma y nos daríamos cuenta de lo mal que se nos ha tratado a este conjunto de poblaciones para lo mucho que aportamos. Tanto de Palma como de LLucmajor se nos ningunea, dejándonos de lado en pos de barrios mas céntricos o del mismo pueblo de LLucmajor al cual pertenece esa parte del Arenal.
L'aeroport només ha de funcionar el matí, de 10 a 14h.
No entiendo como pueden soportar tanto ruido de aviones alli... yo en Costitx ya lo paso mal. No me puedo imaginar alli en Sant Jordi.
Vivo en Sant Jordi desde 2001, la reforma de la plaza ha sido un fracaso, además la plaza está inclinada y los niños no pueden jugar a la pelota, además han quitado numerosas plazas de aparcamiento, que aún hace más difícil aparcar y los camiones como el de la basura ya no pueden pasar por la plaza por lo.que hay que tirar l basura muy lejos.Todo ello gracias al Govern de Progres empeñado en recuperar los espacios y los autobuses con unas frecuencias bastante pobres sobretodo los fines de semana.
Siempre ha sido una conectividad a Palma, aunque sea considerado asi, siempre sera un lugar para desconectarse de la ciudad, aunque tenga su idiosincrasia de pueblecito rural, con unos habitantes entrañables, que todavia sufren las consecuenencias de un areopuerto tan cerca y el ruido de los aviones, antes de hacer la carretera de manacor, era parada obligatoria de las compras en la famosa tienda de animales y plantas y merendar en sus numerosos bares, donde podias deleirarte de buenos variats, y los fines de semana en sus famosos restaurantes, como Can Quirante o Sa Punta de Son Gual, los palmesanos siempre lo hemos tenido como un lugar para escaparse de la rutina de la gran ciudad al acercarnos en pocos minutos en un lugar donde cambia la naturaleza y se divisan grandes terrenos verdes y acogedores sembrados de alfalfa y cereales, incluso antiguamente fue llamado el huerto de Mallorca, creo que tienen muchas necesidades sin resover, como puede ser el transporte publico, o viviendas nuevas para que los jovenes puedan emanciparse, aparte de que centros de ocio o culturales brillan por su ausencia, esperemos que el ayuntamiento tome cartas en el asunto y pueda convertirse nuevamente en un lugar para soñar, como fue hace 40 años.