Imagen de la 'possessió' de Son Flor, junto al huerto urbano. | F.F.

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A la vera de la 'possessió' original que da nombre a su zona matriz, a la que se unió recientemente el otro lado del espacio deportivo de Son Moix, la barriada de Son Flor se convierte en un oasis dentro de un espacio en el que la actividad en el estadio cuando juega sus partidos el Real Mallorca se erige en agitadora de una zona que se convierte en aparcamiento de los aficionados llegados desde toda la Isla, además de foco de ruidos que señalan los vecinos como problema ya enquistado y que forma parte del paisaje.

Paco Roldán es el presidente de la Associació de Veïns de Son Flor-Son Moix Negre desde 2016, una entidad que cuenta con cerca de ochenta familias asociadas sobre una población de unas 1.500 personas, «aunque realmente son 76 las que colaboran». La falta de implicación con el colectivo por parte de muchos residentes, especialmente los de la parte nueva del barrio, es algo que quieren revertir los responsables de la entidad. «Nos gustaría contar con todos, que la gente sintiera suyo de verdad el barrio», espeta el presidente.

Parque infantil en la Plaza de Son Flor. Foto: F.F.

El huerto urbano, que posee dieciséis parcelas y está adaptado para personas con discapacidad, es uno de sus lugares de encuentro, al igual que debería serlo el parque infantil ubicado en el Camí dels Reis, frente al estadio de Son Moix, un espacio «desaprovechado y al que no vienen niños», explica Roldán, quien remite a la original Plaza de Son Flor como epicentro de ese rincón de Palma surgido en la década de los setenta del pasado siglo y que limita en su nueva totalidad con Son Serra, La Vileta, Son Cotoner, Son Dameto, Son Roca y Son Anglada. En 2021, Son Flor y Son Moix Negre se unificaron bajo un mismo paraguas asociativo.

Panorámica del campo de fútbol Lluc Colom de Son Flo. Foto: F.F.

Se consideran un barrio «bien comunicado» por el transporte público de la EMT -líneas 8 y 6-, además de disponer de muchos servicios en sus proximidades, especialmente en los espacios próximos a Can Valero y el Palau de Son Moix. El centro de salud de La Vileta ejerce como PAC para una población relativamente joven en comparación con otros barrios de la capital mallorquina.

Una de las calles de la barriada de Son Flor. Foto: F.F.

La OAC del Palau de Son Moix es un importante punto de apoyo para los residentes a la hora de tramitar documentación con el Ajuntament de Palma. No tienen Casal de Barri ni biblioteca, aunque cuentan con estas infraestructuras cerca, en Son Rapinya o Son Cotoner.

Una de las calles de la barriada de Son Moix Negre. Foto: F.F.
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Con el cambio de gobierno, la presencia y la labor de Emaya se ha incrementado, aunque apunta Roldán que «la gente no respeta los carteles ni las indicaciones», por lo que pide «más colaboración por parte de todos, porque el incivismo es un problema grave en nuestra ciudad», comenta el presidente de la asociación vecinal de un espacio que creció a raíz de su 'possessió' original, actualmente en ruinas, y que esperan los residentes «se tomen medidas, pues se cuelan jóvenes y hay que cerrarlo antes de que tengamos que lamentar algo que no deseamos», apostilla el dirigente.

El estadio de Son Moix, desde la barriada de Son Flor. Foto: F.F.

Probablemente estamos ante el barrio más deportivo de Palma, por la presencia del Palau d'Esports y el complejo de Son Moix, el estadio del Real Mallorca y el campo de fútbol de Son Flor (Lluc Colom), que da cobijo a los equipos del Santa Catalina Atlético, que genera un tráfico de personas «poco relevante comparado con los partidos del Mallorca», explica Paco Roldán, quien ante la falta de un espacio propio para la asociación, ha cedido uno en su domicilio particular que ejerce como sede.

Placa de la calle dedicada al periodista 'Quinito' Caldentey. Foto: F.F.

«Somos poco menos de un centenar de familias, pero nos gustaría ser más y que hubiera más participación de los vecinos. Que no fuera nada más que acordarse de nosotros cuando hay que pedir o protestar. Estamos aquí porque queremos al barrio», dice Roldán, que sí señala la problemática del ruido en el estadio del Real Mallorca, «más allá de las obras, cuando trabajaban de día y de noche, sino ahora también por el restaurante; ponen música a alto volumen y debería controlarse. El ruido de los partidos es otra cosa, ya sabemos lo que hay...», relata.

Imagen del Palau d'Esports de Son Moix. Foto: F.F.

La inseguridad no es un dolor de cabeza para los vecinos de Son Flor y Son Moix Negre, hablando de «un barrio tranquilo, salvo por la presencia de botellones. Pero cuando llamamos a la Policía Local, o no vienen o lo hacen tarde», denuncian, a la vez que recuerdan que de los políticos, «desde la campaña electoral, no aparecen por aquí».

Plano original de la barriada de Son Flor. Foto: F.F.

Las principales peticiones que realiza la Associació de Veïns Son Flor-Son Moix Negre pasan por una mayor ayuda a este tipo de entidades, de la misma manera que una mayor apertura y facilidad para acceder a la tramitación telemática del Ajuntament de Palma. A nivel de infraestructuras, replantear el cableado, que da una mala imagen en las calles, donde se respira tranquilidad... salvo cuando hay partido de fútbol.