Imagen de la fiesta de la espuma del año pasado. | AVV. Nova Son Cotoner

TW
61

Las fiestas de Son Cotoner tenían que finalizar este domingo con su ya tradicional lanzamiento de espuma. Sin embargo, la diversión acabó pronto ya que el evento se terminó suspendiendo por motivos de seguridad. Y es que, la asociación vecinal se vio obligada a cancelarlo en el último momento a causa de varios altercados violentos acompañados de una «falta de presencia policial».

Aunque la espuma tenía que llenar el parque de Son Cotoner a partir de las 22.00 horas, desde las 18.00 horas el espacio empezó a llenarse de «gente que no conocíamos», indica la presidenta de la Asociación de Vecinos de Nova Son Cotoner, Josefa Vaca. «Me acerqué a ver de dónde eran y me dijeron que de Son Banya, Corea, Son Gotleu...había incluso gente de bandas latinas. Se juntaron unas 300 personas», indica. Según narra, los de procedencia latina, que al principio eran unos 20, «comenzaron a llamar por teléfono y acabaron concentrándose en Sa Riera unos 50 más». «Había mucho jaleo», así que Vaca llamó a la Policía Local, que, según dice, le explicó que no podía hacer nada «si no había gente pegándose». «Cada cinco minutos gritaban ‘¡pelea, pelea!. Luego íbamos y se dispersaban», apunta.

También señala que en el barrio tienen la sospecha de que estos grupos de jóvenes y niños se organizaron por redes sociales y de WhatsApp para concentrarse en Son Cotoner esa tarde y que, incluso, llegaron a hacer y subir vídeos de la concentración. «Acabó viniendo la Policía y como no había altercados en ese momento se fue», sigue Vaca. «Nos dijeron que si pasaba algo los volviéramos a llamar y que la próxima vez solicitáramos presencia policial para las fiestas», añade. Un comentario que molestó especialmente a la presidenta ya que al solicitar los permisos para los festejos, marcó la casilla de vigilancia para todos los días. Sin embargo, esto no es ninguna garantía, ya que esta vigilancia es «aleatoria», según apuntan desde el Ajuntament de Palma.

Máxima tensión

Según Vaca, en un momento dado, mientras hablaba con los agentes que habían acudido, uno de los alborotadores «estaba con una piedra en la mano», de lo que advirtió inmediatamente a los agentes. «Fuimos para donde estaban y se intervino, pero se llegaron a enfrentar hasta con la Policía». La tensión fue in crescendo a medida que se acercaba la hora de soltar la espuma hasta que, según afirman varios vecinos, «una niña que se había escapado, supuestamente, de un centro de acogida estaba en el parque de Sa Riera diciendo que ‘tenía ganas de pegar a alguien’ y acabó agrediendo a dos niñas».

Ese fue el momento en que la presidenta de la entidad vecinal dijo ‘basta’ y tomó la decisión de anular la fiesta, entorno las 22.25 horas. «Vinieron dos agentes y dijeron que se iban a quedar para que hiciéramos la fiesta, pero la cancelé igualmente por miedo. Si la hubiéramos hecho iba a pasar algo fuera o dentro del parque», dice. Vaca temía que si no suspendía el evento hubiera más altercados en los alrededores. «Algunos padres se ofrecieron a vigilar para que solo entraran los niños del barrio, pero hubiera sido peor. Nos habrían acusado de racistas».

Por su parte, la Policía Local asegura que en sus partes internos no tenían constancia de que pudiera haber alguna posibilidad de altercados. Además, explican que cuando fueron advertidos, al final de todo, mandaron tres dotaciones: una unidad de intervención inmediata, una nocturna y otra motorizada.