Terraza de Blanquerna

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Los turistas con maletas se expanden y ahora campan por Blanquerna, Arxiduc, Eusebi Estada y suben incluso por la Plaza de Toros. Con un Casc Antic copado por la oferta hotelera de alto nivel, con habitaciones que tienen un precio medio de 500 euros la noche, aunque las hay que superan los 1.100, el viajero busca opciones más económicas para su bolsillo de clase media. Lo curioso es que apenas hay hoteles en el distrito norte de Palma, pero se multiplican los pisos turísticos en la zona. Así lo confirma InsideAirbnb, que muestra cerca de medio centenar de apartamentos y villas de alquiler por días y semanas. Todo ello pese a la prohibición de contar con alojamientos turísticos en edificios plurifamiliares.

La estampa resulta chocante para los vecinos de la zona. El traqueteo de las ruedas de las maletas se ha disparado en calles hasta ahora residenciales. Y los turistas empiezan a aparecer en reductos hasta ahora solo aptos para nativos: en el Mercadona de la Plaza del Obelisco, en los bares y restaurantes del eje cívico de Blanquerna, en los bares de los barrios de Bons Aires o con vehículos de Uber que estacionan ante edificios hasta ahora residenciales y que descargan a turistas con su abultado equipaje. Las toallas de playa descansan en los balcones, un indicio de que se han repuesto vecinos por visitantes. Y aparecen negocios vinculados al turismo, como el alquiler de scooters o cafeterías de especialidad.

Turistas con maletas en Arxiduc

Los hoteles Abelay, Abelux, Amic Colon o The Boc Hostels encarnan la oferta de alojamiento tradicional que lleva años instalado en el distrito norte, lo que no explica la proliferación de turistas.
El edificio de viviendas turísticas ilegales de la calle Arquitecte Bennassar solo es la punta de lanza de un movimiento que se está multiplicando en los barrios afectados. «Este barrio no es turístico», advierte Joan Nadal es miembro de la Asamblea Local de Palma Nord de la plataforma – Turisme + Vida. La entidad organizó el mes pasado una protesta ante este inmueble, que cuenta con diez viviendas, «en las que ya no pueden vivir diez familias porque se dedican a los turistas», afirma Nadal.
«Sabemos que hay viviendas turísticas ilegales en nuestro barrio. No pagan impuestos y crean molestias a los vecinos con su incivismo. El barrio está tomando otra deriva y sí, hacen algo de consumo como algún café o una compra en el supermercado, pero expulsan a las familias», afirma Nadal.

En la Asamblea Palma Nord se observa con preocupación la deriva de los barrios afectados. «Los vecinos nos dicen que hay malestar en los barrios del norte de Palma más próximos al centro. Sabemos que hay cada vez más precariedad habitacional col los altos precios inmobiliarios. Ya mismo veremos pisos pateras, camas calientes...», cuenta Nadal.

Turistas en Eusebi Estada

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El pa amb oli es un símbolo de la gastronomía mallorquina que cae en desuso frente al huevo poché con salsa holandesa o la tostada de aguacate. Uno de sus últimos baluartes es Blat al Sac, en la calle Blanquerna, que este verano ha contemplado una imagen poco habitual: extranjeros cenando en un eje cívico que hasta ahora se había librado de la turistificación. «Estamos viendo turistas este año: franceses, ingleses... Parece que están cambiando las costumbres y van hacia lugares más locales, intentando huir de la masificación», dice Gabriel Llamas, uno de los tres socios propietarios del restaurante.

Blanquerna encarna aún el barrio de toda la vida y atrae a «los turistas que intentan conocer la esencia de la ciudad sin alterarla. No son turistas de lujo, sino una clase media concienciada», advierte Llamas, que van a la caza «de la gastronomía local, que es algo que defendemos. Por eso ofrecemos pa amb oli o nachos con sobrasada».

A Jaume Garau, de Palma XXI, no le extraña el éxodo del turismo hacia otros barrios más residenciales. «El centro ya está saturado y hay muchas viviendas turísticas que se están yendo al Eixample, ya sea Pere Garau o la Plaza de Toros. Y cuando vemos tantos turistas que se alojan en la zona, es que hay muchísima oferta ilegal. Después de todo, la Plaza de Toros está a solo diez minutos del centro».

Turista en la plaza del Obelisco

Garau recuerda que las estadísticas muestran «un incremento del 12 por ciento en el número de pasajeros. Todos los sitios legales están llenos, así que a algún sitio van: a los alojamientos ilegales».
En Blanquerna, mientras tanto, los vecinos ya comentan de la presencia de inversores suecos que han puesto el ojo en la zona. «El otro día han puesto a la venta un piso que acababan de comprar y después reformaron. Ahora es carísimo», dice un vecino con resignación. Y con el temor de ser el próximo en la turistificación.

En InsideAirbnb, la web que analiza los números de la famosa plataforma de alquiler turístico, se advierte de la presencia de un buen número de alquileres turísticos en Bons Aires, Plaza Fleming, Arxiduc y Plaza de Toros. «Excepto algunas unifamiliares que hay por la zona de la Creu Roja, el resto de edificios son plurifamiliares donde está prohibido el alquiler turístico», advierte el miembro de la Asamblea Palma Nord. «No tenemos números pero sí que hay mucho malestar de los vecinos», explica Nadal. Helena Herrera, presidenta de la Associació de Veïns Coliseum, explica que «estamos viendo en el barrio mucha gente joven con troleys y tenemos localizadas viviendas que se dedican de manera ilegal al alquiler turístico. Vemos gente joven que entra con maletas en los edificios». A partir de septiembre retomarán las asambleas de la asociación y de la plataforma -Turisme + Vida para seguir luchando por la ciudad.

El apunte

Los vecinos localizan edificios donde hay más turismo vacacional ilegal

En InsideAirbnb, la web que analiza los números de la famosa plataforma de alquiler turístico, se advierte de la presencia de un buen número de alquileres turísticos en Bons Aires, Plaza Fleming, Arxiduc y Plaza de Toros. «Excepto algunas unifamiliares que hay por la zona de la Creu Roja, el resto de edificios son plurifamiliares donde está prohibido el alquiler turístico», advierte el miembro de la Asamblea Palma Nord. «No tenemos números pero sí que hay mucho malestar de los vecinos», explica Nadal. Helena Herrera, presidenta de la Associació de Veïns Coliseum, explica que «estamos viendo en el barrio mucha gente joven con troleys y tenemos localizadas viviendas que se dedican de manera ilegal al alquiler turístico. Vemos gente joven que entra con maletas en los edificios». A partir de septiembre retomarán las asambleas de la asociación y de la plataforma -Turisme + Vida para seguir luchando por la ciudad.