En general, esta es una primera semana de adaptación, por lo que a los centros solo acuden los antiguos alumnos. Los bebés, de 0 a 1 año, se incorporarán la semana que viene, de manera progresiva, a las aulas de las escoletas, formando nuevos grupos. El servicio general de entrada flexible comienza a las 08.30 horas hasta las 09.30 horas, en función de las necesidades de los padres y lo pactado con los docentes. Esta mañana en la de Son Ferriol, cada pocos minutos aparecía uno o varios adultos con un pequeño de la mano o en su carrito.
Al ser niños que ya han acudido a la escoleta antes el ambiente era calmado. La semana que viene puede que sea el turno de los llantos para más de uno, pues será la primera vez para muchos que se separen de sus papás. Sin embargo, este miércoles muchos entraban incluso corriendo para abrazar a sus queridas maestras. Mario, tiene dos años, los últimos dos días ha venido a la adaptación y hoy se queda todo el día. «No lo pasa mal», dice su madre, Elena. «Está muy a gusto aquí», añade su padre, Matías.
«Viene muy contenta, le gusta mucho el cole. Nunca ha llorado cuando la traigo», asegura Andrea, mamá de Victoria, de dos años y medio. En su caso, «se queda hasta la una, no hace la hora de la siesta», añade. Aunque el servicio general empieza y acaba desde las 08.30 horas hasta las 15.00 horas los padres pueden pedir que entren más temprano, desde las 07.30 horas, o salir más tarde, hasta las 16.00 horas, siempre que se justifique el motivo de la solicitud debidamente. Todo ello, para poder conciliar.
Al no tratarse de meras guarderías, desde hoy, los pequeños comenzarán con una programación que incluye actividades de psicomotricidad, pedagógicas y juegos sensoriales, entre otras; las cuales se intentan individualizar lo máximo posible a cada niño. En el caso de Son Ferriol, con un aumento de las ratios, se cuenta con un equipo educativo de 15 personas y no docente de tres, dos cocineras y una limpiadora. En cuanto a las profesoras, señalan que «lo más importante es respetar el ritmo emocional de los niños», en cuanto al inicio del curso.
1 comentario
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Me alegro que esos niños tengan la suerte de tener sitio en una escoleta pública. Mi hijo, como su padre y yo trabajamos nos pasamos de renta y al no tener más puntos que los de residencia le ha tocado conformarse con una privada, que aunque encantadoras sus profesoras y monitoras no cumple los mismos standard de calidad que las públicas y concertadas de las Islas. Una lástima que nuestro hijo por sus padres trabajar los dos a jornada completa no tenga el privilegio que tienen otros niños