Varios residentes, en el mercado. | Pilar Pellicer

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El fenómeno de la inmigración tuvo en el barrio de Pere Garau uno de sus primeros grandes picos en la ciudad de Palma. A mediados de los 90, numerosa población del norte de África y de países de sudamérica aterrizaron en Mallorca y encontraron allí su primer acomodo en la Isla. Desde ese punto, el crecimiento ha sido ostensible, siendo la población extranjera, en la actualidad, superior al 40% del total de la barriada, lo que refleja su peso demográfico, pero a la vez social, cultural y económico.

China es uno de los principales focos, toda vez que se calcula que el 40% del total de los ciudadanos del gigante asiático que residen en Mallorca lo hacen en la zona de Pere Garau. Todo tipo de negocios de restauración, alimentación o servicios han surgido allí, creando incluso un ambiente que traslada a ese rincón de Asia. La celebración en el barrio de diferentes fiestas chinas atrae al resto de compatriotas de la ciudad o la Isla y lo ha convertido en el referente en este campo.

La Asociación China de las Islas Baleares (ACHINIB) es uno de los grandes motores que articula la integración y la relación sociocultural entre la población asiática y los residentes habituales de la zona. Xialin Liu, responsable de las actividades educativas y culturales, explica que a través del Centro Educativo Huayue, ubicado en la misma barriada, se realizan cursos de idiomas (castellano, chino...), se enseña música (piano, guitarra...) y se acerca a los mallorquines la cultura de aquel país.

Huayue

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Son unos 400 los usuarios permanentes, cuyas edades comprenden entre los 2 y los 88 años, colaborando con diferentes centros educativos e instituciones como el Ajuntament de Palma para trabajar de manera conjunta en la realización de actividades populares que, en ocasiones, convierten la Plaça Pere Garau en una 'pequeña China', expandiéndose hacia escenarios como Nuredunna o la Plaça de les Columnes, donde la población de ese país también suma un porcentaje notable.

Inmobiliarias o agencias de viajes se han sumado al catálogo de comercios regentados por ciudadanos chinos, que han creado su pequeño hábitat en un rincón en el que conviven con otras nacionalidades de peso como la marroquí, con una importante infraestructura social, comercial e incluso religiosa. A ellos se suma un importante colectivo originario de países subsaharianos que también ha tejido su red comercial.

El cono sur americano es otro de los grandes aportadores de población de Pere Garau. A Argentina le han ganado terreno otros países como Ecuador o Bolivia, instalándose también su propia red de comercios y asociaciones, de la misma manera que los de diferentes países de Este de Europa, como Rumanía o Bulgaria, cuyo peso específico en la balanza demográfica del barrio ha ganado enteros, a la vez que sus espacios de reunión o intercambio.