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El punto de encuentro fue el taller de Esment, en la Plaça del Pes de sa Palla. A primera hora de la mañana se habían citado casi medio centenar de estudiantes de arte: de ADEMA, de la Escola Superior d’Art i Disseny de Balears (EASDIB) y de Amadip Esment. La expectación era palpable: el artista mexicano Abraham Cruzvillegas había aterrizado en la Isla para congregar a artistas en potencia.

La Fundación ALTTRA ha arrancado sus propuestas de otoño con una altísima demanda. Ayer por la mañana se citó en Esment y todas las tardes de esta semana impartirá en Flassaders un taller de composición de letras biográficas que, con un toque de música, luego se convertirán en canciones. «La idea es un trabajo colectivo. A partir de algo deshechado, que parece basura, iniciar una obra de arte», explica a los atentos alumnos.

Cruzvillegas llega directo de la Frieze London, la destacada feria internacional de arte donde ha presentado piezas de su trabajo Autoconstrucción. «La autoconstrucción es una alegoría para hablar de los barrios. De la favela de Brasil, de las Villas Miseria de Argentina», dice el artista mexicano. Él mismo procede de un barrio de autoconstrucción mexicano, casas que se construyen los más desfavorecidos en suelos que ni son de su propiedad.

«Estamos hablando de un tema humano, de las diferencias económicas y las desigualdades, de la migración y el desplazamiento de las personas», afirma Cruzvillegas. Con ese espíritu integrador ha venido a Palma, para llevar el arte de las elitistas galerías y las ferias internacionales a los barrios más humildes de Ciutat.

Cruzvillegas con los alumnos de su taller. | Pere Bota
Cruzvillegas con los alumnos de su taller. | Pere Bota

Bajo un mismo techo ayer reunió a artistas en potencia, ya sean estudiantes de diseño o personas con discapacidad intelectual que se entregan con la misma furia y entusiasmo al papel y los lápices de colores. Una forma de protesta contra la elitización artística para llevarla a los rincones y personas más inusuales, «queremos un diálogo inesperado».

A lo largo de la mañana, los alumnos se iban entremezclando para lograr una obra de arte colaborativa. «Estudié en instituciones públicas, desde primaria hasta las escuelas de arte. He financiado mis obras trabajando como profesor, escribiendo», afirma con rotundidad, convencido de que cualquiera con talento puede, y debe, dedicarse al arte.

Para sumergirse en las letras biográficas de los alumnos del taller de canciones, ha seguido las sugerencias de Rosario Nadal, una de las fundadoras de ALTTRA. «He escuchado a María del Mar Bonet y es fascinante», explica. Por su parte, Rosario Nadal reconoce que «es increíble: en lugar de ir a ver el arte, el arte viene a ti. Queríamos plantear un diálogo con la diversidad personal y psicosocial, unir a personas con diferentes capacidades». En la misma línea se expresa Mónica Cuenca, responsable del proyecto de arte de Esment: «Utilizamos recursos pictóricos para acercar el arte a los pensamientos más divergentes. Trabajamos con personas con discapacidad intelectual de 16 a 65 años».

El miércoles el mexicano recalará en la fundación Naum, en Son Roca. Cruzvillegas está en Palma dispuesto a unir los barrios más periféricos y los artistas más precarios para hacer un retrato certero de la ciudad.