Escondido tras las verjas que camuflan las largas y llamativas obras del nuevo Paseo Marítimo, más concretamente en el tramo que comprende los bajos de los visibles y emblemáticos molinos del Jonquet y la hoy en construcción futura plaza de Santo Domingo de la Calzada, yace el que fue uno de los establecimientos de restauración más populares y conocidos de la capital mallorquina. Además de parte del paisaje de la primera línea de la capital mallorquina en su fase de crecimiento.
Con su luminoso medio caído, las barreras bajadas, algunas humedades y mucho polvo y suciedad en su interior, montones de gravilla, tierra y materiales de construcción se agolpan en lo que fue su acceso y el grueso de la terraza que era el gran atractivo del Bar Marítimo, que tras más de siete décadas atendiendo a miles de residentes -muchos clientes habituales y familas- y turistas, espera al final de la remodelación del Paseo Marítimo para saber qué será definitivamente de su futuro.
Desde Autoritat Portuària confirmaron a Última Hora que la concesión de su espectacular e icónica terraza se encuentra anulada. Desde su cierre, a principios de 2022 -víctima de la pandemia y la compleja coyuntura económica-, cuando el propietario del local, el empresario Jaume Cunill, se vio obligado a recurrir al ERTE de su plantilla, en ese espacio lleno anteriormente de vida reina el silencio, sólo roto por las máquinas de las obras del Paseo Marítimo. La incertidumbre define el futuro del local, que parece condenado a pasar a la historia ante la falta de respuestas por parte de las instituciones.
La historia del Bar Marítimo se remonta a 1951, cuando abrió sus puertas, aunque lo hiciera a unos cuantos metros de su última y más conocida ubicación, donde actualmente se encuentra el Hard Rock Café. Tres años después, se instaló en su marco histórico. Francisco Alemany Roca fue su fundador, pasando después a manos de Pedro Martínez y Rosa Alemany, quienes a su vez lo dejaron en manos de sus hijos (Paco y Benito Martínez Alemany, ahora enrolados en otros negocios de hostelería), paso previo a la llegada de Jaume Cunill.
Bajo la denominación de Nou Marítim, cuyo luminoso apenas aguanta en pie con algunas de sus letras, vivió su última etapa antes de echar el cierre de manera indefinida, abocado por la reforma del Paseo Marítimo a un destino lleno de interrogantes. Y, aunque camuflado por toda la parafernalia de las obras, algunos todavía rememoran lo que fue y recuperan recuerdos de un bar que fue un punto de encuentro para varias generaciones y que llegó a recibir distinciones a nivel insular y nacional por su trayectoria y recorrido.
La pandemia y las obras del Paseo Marítimo se llevaron por delante a uno de los establecimientos más emblemáticos de la zona. El histórico Bar Marítimo, que abrió sus puertas en 1951, yace cerrado, abandonado y a la espera de una nueva oportunidad cuando finalice la reforma de ese espacio.
A ver lo que tardan en poner un kebab, un japo, chino o un pijo-restaurante de diseño guai para los guiris!!! ... y que siga la perdida de identidad de Palma, de Mallorca, de Baleares...
Cuando yo tenia 21 años iba cada domingo tarde con algun colega o la novieta, que recuerdos. Ahora tengo 50 y me invade la tristeza al ver en que se convirtio todo aquello que disfrute en mi juventud.
Pues lo que queda a la dreta des bar, aquell jardí, ses parets de pedra, s'accés cap es jonquet, ses rentadores... Els hi va quedar molt bé fa devers 25-30 anys, tenint en compte que era una paret horrible i dóna sa sensació que se podria haver fet més i continuar cap a sa plaça. Crec que aquell bar, que urbanísticament és un pegote a sa paret, sobra si se vol remodelar s'espai. No té activitat, idò campo, com s'ha fet amb ses benzineres.
Cap amunt, és que ja s'havia apetardat; ho venia notant des de 2017 més o manco. Pessim servei, preus inflats, i distribució de taules canviades, més incòmodes i juntes.
Tot se'n va a la reverendíssima merda.
Cuando se meta mano a la plaza de Santo Domingo (esperemos que no pasen años y años), cabe suponer que este clásico será totalmente restaurado. Ambas cosas tienen que ir de la mano.
Espero restauren ya los molinos, limpien la zona, siembren más árboles y plantas. Los molinos podrían ponerse en funcionamiento como atractivo para el disfrute de los residentes y visitantes (al menos unas horas al día).
21 comentarios
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A ver lo que tardan en poner un kebab, un japo, chino o un pijo-restaurante de diseño guai para los guiris!!! ... y que siga la perdida de identidad de Palma, de Mallorca, de Baleares...
Que desgracia para el dueño y trabajadores, espero que les hayan compensado de alguna manera por la liquidación del negocio.
El HARD ROCK no cerró ni un día le hicieron un acceso directo. Siempre benefícienlo a los de afuera y exprimiendo al local.
Vaia punyetero lío se va ficar en Jaume sense ser cupa seva
Cuando yo tenia 21 años iba cada domingo tarde con algun colega o la novieta, que recuerdos. Ahora tengo 50 y me invade la tristeza al ver en que se convirtio todo aquello que disfrute en mi juventud.
Pues lo que queda a la dreta des bar, aquell jardí, ses parets de pedra, s'accés cap es jonquet, ses rentadores... Els hi va quedar molt bé fa devers 25-30 anys, tenint en compte que era una paret horrible i dóna sa sensació que se podria haver fet més i continuar cap a sa plaça. Crec que aquell bar, que urbanísticament és un pegote a sa paret, sobra si se vol remodelar s'espai. No té activitat, idò campo, com s'ha fet amb ses benzineres.
Cap amunt, és que ja s'havia apetardat; ho venia notant des de 2017 més o manco. Pessim servei, preus inflats, i distribució de taules canviades, més incòmodes i juntes. Tot se'n va a la reverendíssima merda.
Cuando se meta mano a la plaza de Santo Domingo (esperemos que no pasen años y años), cabe suponer que este clásico será totalmente restaurado. Ambas cosas tienen que ir de la mano.
Espero restauren ya los molinos, limpien la zona, siembren más árboles y plantas. Los molinos podrían ponerse en funcionamiento como atractivo para el disfrute de los residentes y visitantes (al menos unas horas al día).
Ya paso a la historia y si hemos de decrecer ya hay muchos bares en Palma, además esa zona debe ser libre y pública para zona verde.