Los tesoros del castillo de San Carlos

Los historiadores Elena Conde León y Miguel Deyá, junto con el arquitecto Juan González de Chaves, ofrecen una amplia panorámica de este ejemplo de patrimonio militar, pero también de su contenido. Deyà recuerda que fue «una iniciativa de Felipe II para la defensa del puerto de Palma pero había problemas de financiación». En el siglo XVI la Isla vivía azotada por las invasiones de los corsarios que saqueaban, robaban y secuestraban a los palmesanos. Después los enemigos fueron los ingleses, holandeses y franceses. El arquitecto Juan González de Chaves advierte que no se trata de un castillo sino de tres: «De 1612, 1662 y 1890», por las diferentes ampliaciones que ha vivido.

Pero si su exterior es admirable, la colección que atesora es extraordinaria. «San Carlos se ha ganado su lugar propio dentro del panorama museístico. No compite con nadie, cada uno se centra en su propia área de contenido», explica Elena Conde. De entre esas 4.000 piezas, en el libro se destacan recuerdos conocidos como ‘detente bala’: un escapulario cosido por las conocidas como madrinas de guerra para soldados de la Guerra Civil.

Banderas, uniformes, lanzagranadas, explosivos hechos de cristal o la vajilla del general Weyler, «que procede de Japón, del taller Wattano». También cuenta con armas procedentes de los cinco continentes y que muestran cómo la innovación en la guerra que se trasladó a la vida civil. Ahora, el castillo de San Carlos quiere mostrar sus tesoros a toda la ciudadanía.