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Después de dos años de obras, a los vecinos de la antigua Casa Roca se les ha agotado la paciencia. «Se han hecho dueños de la calle», afirman numerosos residentes de la calle Hostals, que han estallado contra la rehabilitación del histórico edificio que cerró sus puertas en 2016 tras 166 años. Hace tres los actuales propietarios comenzaron la reforma y, cuentan los vecinos, «se han hecho los dueños de la vía. Nos están matando». Así hablan residentes y especialmente comerciantes.

La estrechez de la calle dels Hostals ha provocado que las grúas, camiones y furgonetas ocupen la calle y terminen cerrándola. El despliegue de materiales de construcción en la estrecha vía impide el paso de clientes, residentes y vehículos en el barrio. Y además, ha provocado que en algunos negocios de la sufrida calle haya caído la facturación «un 60 por ciento».

Durante estos tres años ha habido algún que otro enfrentamiento entre los trabajadores del edificio, vecinos y comerciantes. Armados de pruebas gráficas, los afectados denuncian que los camiones bloquean las puertas de sus casas y negocios, que las vigas se colaban en las tiendas o en alguna vivienda y que incluso ha provocado que una familia con niños pequeños haya decidido mudarse. El polvo y el ruido tienen de los nervios al barrio.

El uso de la calle molesta a vecinos y comerciantes. | Jaume Morey
El uso de la calle molesta a vecinos y comerciantes. | Jaume Morey

Y todo con el talante conciliador de estos inversores. «Los propietarios, que son ingleses, nos enviaron un mensaje diciendo que querían mejorar el barrio y revitalizarlo. ¡Pero si nosotros estábamos de puta madre hasta que llegaron ellos!», cuenta uno de los comerciantes con cierto estupor.

Los vecinos sufren las molestias desde hace tres años | Jaume Morey
Los vecinos sufren las molestias desde hace tres años | Jaume Morey

«La mujer me ofrecía una propina de 20 euros si le ayudaba a bajar una mesa pero yo los favores a mis vecinos se los hago gratis», cuenta enfadado un comerciante. Espais Roca, propietaria de Casa Roca, cuenta con otros diez inmuebles en Gran Bretaña y Portugal dedicados al alquiler turístico. Además, en los alrededores de Casa Roca se rumorea que han comprado más edificios y locales para instalar un gimnasio para los clientes del futuro aparthotel. Y los residentes hablan de techos caídos, vecinas sin poder ir a urgencias por el bloqueo de puertas. La nueva Casa Roca ha enfadado al barrio.