La plaga de insectos en los árboles causa un debilitamiento en el tronco y una sustancia pegajosa.

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Los vecinos del Carrer del Gessamí llevan varios meses alertando al Ayuntamiento de Palma sobre una plaga de insectos que afecta a los árboles de su barrio. Cada año, este parásito pegajoso y de color blanquecino infesta los ejemplares, debilitándolos y propagándose rápidamente. La plaga de cochinillas se extiende rápidamente por todas las superficies cercanas, como las aceras, los coches estacionados y las fachadas de las viviendas. Además, llega a contaminar las plantas de los vecinos, lo que ha generado una creciente crispación.

Pep Rosselló, uno de los vecinos afectados, ha enviado múltiples mensajes al servicio de atención a la ciudadanía durante los últimos cinco meses, pero hasta el momento no han actuado, ni fumigado ni podado los árboles. A lo largo de los 483 metros de la calle, los árboles están infestados con estos parásitos. A pesar de haber denunciado la plaga urbana en la vía pública con detalles precisos sobre la ubicación y la situación, ningún equipo de exterminación se ha movilizado para erradicar las cochinillas que, según los vecinos, afecta a unos 40 ó 50 ejemplares.

La plaga en los árboles cuando aún tenían hojas.

Esta cochinilla ocasiona daños directos en los árboles al debilitar la estructura de la planta debido a la succión de savia, y daños indirectos debido a la melaza generada por la secreción que produce. Esta misma secreción también alcanza el suelo, generando incomodidad y suciedad en la vía. Como resultado, los árboles adquieren un color negro. Según explica María José Sánchez, una vecina del Carrer del Gessamí, es una situación que se repite cada año y que podría evitarse si se tratara con antelación.

Esta misma vecina también ha notificado sobre la incidencia al ayuntamiento, pero la única respuesta que ha percibido hasta el momento ha sido la limpieza de las aceras por parte de Emaya. Sin embargo, esta medida no aborda en absoluto el problema de la plaga que afecta a los árboles. Los vecinos temen que, si la situación no se trata adecuadamente con los productos específicos para erradicar la plaga, los árboles continúen debilitándose y eventualmente mueran, lo que conllevaría a que tengan que ser talados.