Exterior del Mercat de Llevant. | P. Pellicer

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El Ajuntament de Palma se ha visto obligado a declarar desierta la concesión del Mercat de Llevant al no haberse presentado ninguna empresa a la licitación abierta a finales de agosto. Esto también ha forzado a Cort a acordar una nueva prórroga, de un máximo de un año, para garantizar la continuidad del mercado mientras se resuelve este vericueto administrativo.

El contrato que el Ajuntament sacó este verano contemplaba una concesión demanial de 20 a 45 años. Además de la explotación del mercado municipal, incluía también una remodelación para solventar deficiencias en la estructura, como el mal estado de conservación de la cubierta, desprendimientos o problemas en los sumideros. También obligaba a los licitadores a construir unos baños aprovechando el local del mercado actualmente destinado a actividades de formación de PalmaActiva. En total, la inversión inicial, en base a un estudio del edificio, se estimaba en 1,45 millones de euros. El plazo de presentación de ofertas finalizó el pasado 29 de noviembre.

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Concesión caducada

El mercado municipal de Llevant, en el número 48 de la calle Manuel Azaña, cuenta con 3.573 metros cuadrados de superficie, de los que 1.258 m2 son aparcamientos, incluidos en la concesión. El inmueble, en su conjunto, está valorado en más de ocho millones de euros. La concesión que ahora se prorroga empezó en 1986, y expiró el 31 de diciembre de 2021, transcurridos 35 años. Desde entonces el Ajuntament ha ido realizando prórrogas anuales año tras año; esta será la cuarta, cubriendo, como máximo, todo el año 2025.

Ese plazo no tendría por qué agotarse, si el Ajuntament logra adjudicar antes el mercado. El regidor responsable del área, Llorenç Bauzá, ha confirmado que estudian la situación para lanzar «cuanto antes» unos pliegos modificados. «Lo tenemos sobre la mesa. La intención es sacarlo en el menor tiempo posible para que de una vez por todas el Mercat de Llevant vuelva a resurgir», ha indicado. El concejal ha querido transmitir tranquilidad a los comercios instalados en el mercado: «Nuestro compromiso es dar seguridad, a los que están allí, de que pueden continuar».

En estos momentos, están en activo una frutería, una carnicería, además de un bar y un centro de certificados médicos. A ellos se suma un supermercado, fruto de una reconversión de paradas aprobada el año 2000. Otros cinco puestos de venta están vacantes. Los pliegos que han quedado desiertos fijan que un mínimo del 40 % de la superficie de venta al público se debe destinar al comercio minorista de productos frescos de alimentación: frutas, verduras, hortalizas, pescado y marisco etc.