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Hace poco más de medio siglo nació el Club de Mar, fundado por Javier de la Rosa y dirigido por Antonio Arrom. Ahora, los hijos del equipo inaugural continúan el trabajo: Borja de la Rosa como presidente y José Luis Arrom como director. A lo largo de medio siglo han pasado por estas instalaciones personajes como el Sha de Persia, Hussein de Jordania, Cristina Onassis, Aga Khan, Rafaella Carrá, Sara Montiel o George Bush padre. Pero ahora estas dependencias están viviendo una renovación integral.

Ya está casi listo el nuevo Club de Mar, que ha supuesto una inversión de 53 millones de euros. Y lo hace en un punto estratégico de la ciudad, donde además se está llevando a cabo la rehabilitación del Passeig Marítim. El momento más espectacular de las obras ocurrirá en abril, cuando se derribe el puente de Pelaires, que forma parte de la reforma del Passeig Marítim.

Con 51 años a sus espaldas, el club deportivo está preparando además un libro en el que repasa la dilatada historia de una infraestructura que nació con el objetivo de atraer grandes embarcaciones desde la Costa Azul hasta la Bahía de Palma. Antes acogían barcos de hasta 30 metros de eslora, ahora pueden alcanzar los 170 en los casos más exagerados, aunque lo más habitual son de 50.

El cambio de su aspecto es radical. En la actualidad ya están levantados los edificios que configuran el nuevo club social. Y ahora el rasgo más característico será una cubierta verde y jardines verticales en el lado sur, que conseguirán rebajar de manera natural las temperaturas del interior de los inmuebles. El proyecto es del arquitecto César Jiménez, al frente del estudio Entresitio, que ha diseñado cuatro edificios en los que se repartirán tiendas, un restaurante, un club social y una discoteca, entre otros usos.

«Habrá una linea de oficinas y dos restaurantes, uno de ellos café-bar y el otro un local de cocina internacional que se conocerá en dos meses», dice José Luis Arrom. Para este último negocio se está barajando un gran nombre de la gastronomía pero aún no ha trascendido quien se hará con los fogones del Club de Mar. En la planta alta habrá un lugar exclusivo para socios, un club social donde se celebren reuniones y eventos. Será el único sitio que no esté abierto a todo el mundo, como sí lo estará el resto del Club de Mar.

José Luis Arrom, director del Club de Mar
José Luis Arrom, director del Club de Mar.

Porque uno de los grandes cambios de esta obra es que se han eliminado las barreras que encorsetaban en el antiguo club y ahora se abre al puerto y a la ciudad. Y con ello, a los palmesanos. «Se ha eliminado la barrera y el vallado, ahora el acceso estará abierto al completo, desde el Passeig Marítim a los cruceros», dice Arrom desde su despacho temporal desde hace dos años, ubicado en unos contenedores hasta que finalicen las obras.

En la planta baja de los nuevos edificios habrá comercios y se espera que haya mucha concurrencia. «Serán tiendas del sector náutico pero también boutiques. Queremos que el mar sea un punto de encuentro», señala Arrom. Ahora mismo se están cerrando negociaciones con las empresas que ocuparan la treintena de locales que habrá disponibles. «Ya están seleccionados el 80 por ciento de los inquilinos y habrá siete locales dedicados al retail. Habrá ropa, heladería, joyería, supermercado, tienda de artículos náuticos, brokers, astilleros y marcas del sector. En cuanto al restaurante principal, «hay varias peticiones pero nada decidido.

Luego está el bar de la Marina, y ya hay un acuerdo con un grupo que gestionará la discoteca, y donde habrá eventos y congresos además de fiestas durante el día», señala Arrom. Se situará en el ático, con una discoteca con aforo para 700 personas, que vendrá a animar la vida nocturna de la zona. En ese mismo edificio habrá además dos plantas de aparcamientos, con capacidad para un centenar de vehículos, una de las grandes asignaturas pendientes del Passeig Marítim. También contará con un club infantil, con una escuela de vela y piragua. El objetivo es acercar los deportes náuticos a la ciudadanía y hacer cantera.

Habrá cambios en los amarres. Si antes había 575 ahora serán 543. El tamaño de las embarcaciones ha aumentado. El Club de Mar se transforma a medida que lo hacen los barcos, confortables como una vivienda. «Ahora piden electricidad para aires acondicionados y bombas de calor», dice el director del club.

Entre las novedades técnicas está la puesta en marcha un sistema de recogida de aguas sucias «y evitar así que las tiren al mar», Internet, cámaras de seguridad, un nuevo sistema antiincendios, carga de coches eléctricos... El Club de Mar es casi un barrio en si mismo. Cuenta con 11.000 tarjetas de acceso activas que ostentan pasajeros, dueños de barcos, trabajadores, técnicos, cátering, suministros...

«El Club de Mar es una sociedad deportiva sin ánimo de lucro (los beneficios se reinvierten en las instalaciones), en contraste con las marinas, sociedades mercantiles con sus acciones y dividendos». Poco quedará del Club de Mar original, que en 1969 era apenas un hangar en marina seca para acoger profesionales de Barcelona y otros lugares. «Se hizo un club de socios para una asociación deportiva que está inscrita dentro de la Conselleria de Esports», aclara Arrom.

La primera concesión se concedió en 1969. En 2014, tres años antes de su finalización, se inició la petición de su prórroga «dado el interés general y estratégico de Balears, por eso es una marina abierta a la ciudad. Un club cuyas instalaciones de tierra están abiertas. Y de ahí este megaproyecto que Puertos del Estado avaló» y que está a punto de ver la luz. En 2044 finaliza la actual concesión.

En la actualidad las obras están muy avanzadas
En la actualidad las obras están muy avanzadas

La obra ha sufrido los retrasos en la concesión de la licencia de obras para edificar, los estragos de la pandemia y el encarecimiento de los materiales de obra. «En total ha supuesto un encarecimiento de más del 30 por ciento». La entrega de las obras está prevista para el primer trimestre de 2025. «Ya está prevista la decoración, que se pondrá en marcha durante el segundo trimestre». En verano zarpará el nuevo Club de Mar.