El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, saluda a la presidenta del Govern, Marga Prohens, durante la misa de la Festa de l'Estendard en Palma. | Jaume Morey

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El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha hecho un alegato en favor de la acogida de migrantes durante su homilía en la misa solemne por la Festa de l'Estendard, en la Catedral. En una intervención que han escuchado las principales autoridades de las islas (entre ellas, la presidenta de Govern, Marga Prohens, y el alcalde de Palma, Jaime Martínez), Taltavull ha parafraseado palabras del Papa Francisco para reclamar que Mallorca sea «una comunidad acogedora».

Taltavull comenzaba su sermón hablando de cómo el mismo Jesucristo sufrió el rechazo de quienes no lo reconocieron y advertía que «el cristianismo es la religión más perseguida ahora mismo en el mundo»: «Aquí mismo hemos acogido a personas que han tenido que huir, dejando atrás todo, trabajo, vivienda, bienes, familias, amigos, parroquia, pueblo».

En estos días de Navidad, Taltavull enlazaba con la situación de María y José, a los que «se negaba reiteradamente una vivienda». Entroncando con la conquista de Mallorca en 1229, cuando Jaume I «recupera la Isla y le devuelve la identidad perdida», Taltavull rechazaba «pensar en vencedores y vencidos», ni de «invasión»: «Queremos ser una comunidad acogedora no sólo por los beneficios materiales y humanos que nos reporta, sino porque no podemos cerrar las puertas a quienes nos necesitan para vivir en dignidad y nos pide la actitud del buen samaritano del Evangelio».

«El fenómeno de la migración se ha situado en medio de nuestra capacidad de acogida. Es cierto que, también como todo, presenta sus problemas, interferencias culturales y comportamientos que deben regularse, pero también lo mismo nos ocurre a nosotros cuando las relaciones humanas están deterioradas; cuando existe desigualdad de oportunidades; cuando hay violencia, malos tratos, agresividad y crispación; cuando hay tantas personas sin empleo ni posibilidad de vivienda, especialmente los más jóvenes que desean poder tener un futuro digno», ha enumerado. A continuación Taltavull ha desvelado que recibió hace pocos días una carta del Papa Francisco donde el pontífice decía que «es necesaria una sana cultura migratoria: el migrante debe ser acogido, acompañado, promovido e integrado».

El obispo también ha trasladado a las autoridades mallorquinas la petición del Papa de «que los países más acomodados hagan todo lo posible para condonar las deudas» de los más pobres; «un compromiso firme para promover el respeto a la dignidad de la vida humana, desde de la concepción hasta la muerte natural»; que se elimine la pena de muerte en todas las naciones; y que parte del dinero de armamento se destine a un fondo mundial contra el hambre.