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«La prohibición del Obispado de Mallorca de celebrar la misa en las Jerónimas es gravísima, lamentable». Así se manifiesta Ángel Jaudenes Gual de Torrella, miembro de la asociación Amics de Sant Jeroni y uno de los organizadores de la comida de Nochebuena para personas sin recursos en el convento de Santa Isabel, cuya propiedad está en litigio ahora mismo en el Supremo y enfrenta desde hace años al Obispado con las monjas jerónimas.

Jaudenes ha enviado una misiva al obispo de Mallorca tras el bloqueo de la misa la pasada Nochebuena cuando el templo del convento estaba lleno de fieles y a punto de iniciar la ceremonia, que se celebró finalmente sin eucaristía. «Los Amics de Sant Jeroni, siguiendo las directrices de sor Natividad, Madre Federal de la Orden de Sant Jeroni y priora del Monasterio de Santa Isabel, organizados el pasado 24 de diciembre la misa de vigilia de la Natividad de de Jesucristo y una posterior comida solidaria de Navidad, destinada a las personas en soledad con la colaboración del Ajuntament de Palma y Cruz Roja», señala en su carta.

El miembro de la asociación señala que el monasterio abrió sus puertas «para acoger a los más vulnerables de la sociedad, dar visibilidad a su gran patrimonio cultural y a su función evangelizadora y, fundamentalmente para celebrar la Santa Misa, habiendo dispuesto la preparación de una celebración litúrgica con esmero y primor». Jaudenes advierte que la cancelación de la misa minutos antes de su celebración causó «estupefacción y desconcierto en la asamblea que abarrotaba la iglesia conventual, así como en los vecinos del barrio de Sa Calatrava».

«La envergadura de la prohibición episcopal, que no llegamos a entender, nos lleva a solicitarle, en nombre propio y en el de nuestros voluntarios de la familia jerónima, una audiencia con Su Excelentísima, a fin de que una comisión integrada por mí y una representación de los mismos podamos tratar este asunto personalmente con usted», escribe en su carta dirigida al obispo.

Jaudenes señala que aunque no se celebran tantas misas como desearan por el traslado de las monjas jerónimas, no han dejado de practicarse. El último oficio se celebró, como recordará [dice dirigiéndose al obispo Taltavull], el pasado 12 de septiembre, oficiándose una misa funeral por el alma de mi querida madre, Teresa Gual de Torrella, viendo cumplido su deseo». El portavoz de los afectados señaló que «algunos de nosotros somos parientes de los primeros benefactores de la Orden de San Jerónimo en Mallorca y también de monjas jerónimas de Palma».