'Pesadilla' en el skatepark de Sa Riera: «No he podido volver a patinar»

Tania Romero traslada al Ajuntament de Palma una Reclamación de Responsabilidad Patrimonial al sufrir una grave lesión a consecuencia del mal estado y falta de mantenimiento de la instalación

Tania Romero posa en las instalaciones del skatepark de Sa Riera, cerca de la zona del accidente. | ALEX SEPULVEDA

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La vida de Tania Romero, una joven fisioterapeuta de Palma de 26 años, no ha vuelto a ser la misma desde aquel fatal 23 de enero de 2024. Ese día, se convirtió en la víctima más contundente y dolorosa del mal estado de conservación y la falta de mantenimiento que sigue arrastrando el skatepark del Parc de Sa Riera, problemáticas a las que se ha sumado la presencia de un poblado chabolista en las proximidades que genera problemas de ruidos y humos que afectan a los usuarios y deportistas.

Aquel día, Tania sufrió una grave caída al quedar encallada una de las ruedas de su surfskate en un agujero abierto en una de las zonas del skatepark. Una de las múltiples incidencias que ha sufrido el recinto y que se han visto obligados a subsanar los propios usuarios, que se encargan de limpiar y adecentar el recinto para que cada día se pueda hacer uso de él y disfrutar de las diferentes modalidades que allí se practican.

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Agujero, ya tapado, que provocó el accidente de Tania. Foto: Alejandro Sepúlveda

«La rueda se quedó encajada y caí hacia adelante», recuerda Tania. «Sabía que me había hecho daño. Escuché un 'crack', me dolía, no podía apoyar el pie ni caminar». Un testigo de los hechos la acompañó y su padre la trasladó hasta Son Espases, donde le diagnosticaron una fractura bimaleolar en el tobillo izquierdo, que afectó a la tibia y el peroné y de la que fue operada en cuestión de horas. Una lesión que, aún a día de hoy, más de un año después, sigue arrastrando al tener que ser intervenida recientemente para retirarle placas y tornillos y no estar estabilizada.

Tania deja claro que el suyo no fue el primer percance debido a problemas y deficiencias estructurales del skatepark. De hecho, a raíz del suceso, otras víctimas recordaron y plasmaron por escrito las lesiones que sufrieron. Desde heridas en la cabeza a esguinces de tobillo o diferentes dolencias o fracturas en la muñeca. También se puso en marcha una recogida de firmas para solicitar al Ajuntament de Palma que arregle los desperfectos. El que le ocasionó la caída y la larga lesión «lo repararon los propios skaters, como ha pasado muchas otras veces», apunta la afectada.

El agujero, días después del percance.
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Además, este accidente le impidió asistir a Tania a una serie de entrevistas de trabajo que tenía pactadas previamente. A raíz de un accidente de tráfico previo, conoció a Sandra González, su abogada, que de la mano del despacho Glezmo Juris se puso a su disposición para estudiar si era posible iniciar acciones al respecto.

«Al salir del hospital, sólo me preguntaba cómo podía haberme caído allí... y volví al skatepark para buscar una explicación. Sabía que había un agujero o algo que me había hecho accidentarme», rememora. Lo encontraron y lo fotografiaron antes de que alguien pudiera repararlo para dejar constancia de que existía, de que había un argumento para justificar el percance. «Me planteé en ese momento tomar medidas, porque era un fallo de las instalaciones lo que me hizo caer y lesionarme así. Y sé de otros que se habían lesionado antes y gente que había sufrido accidentes allí».

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Tania, apoyada en dos muletas, en el skatepark de Sa Riera. Foto: Alejandro Sepúlveda

Acciones

De la mano del equipo legal de Glezmo Juris, optaron por presentar una Reclamación de Responsabilidad Patrimonial ante el Ajuntament de Palma, un intento amistoso a la hora de resolver el asunto, a expensas también de que un perito pueda valorar el alcance y repercusión de la lesión con el fin de establecer la posible indemnización a la afectada por el perjuicio sufrido a raíz de este accidente.

Asegura Sandra González, abogada de Tania Romero, que «el hecho de que haya sido reparado, es señal de que había un desperfecto». Desde este punto, si Cort no da por buena la reclamación, tocaría recurrir a una demanda ante el juzgado de lo Contencioso Administrativo. «Sabemos que será largo, pero es la manera de defender sus intereses. Los accidentes pasan, pero en este caso creemos que se podía haber prevenido», explica la letrada.

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Detalle del mal estado del skatepark de Sa Riera. Foto: Alejandro Sepúlveda

Catorce meses después, Tania se ha visto obligada otra vez a apoyarse en dos muletas y sigue esperando disfrutar, como antes, de la tabla. «No he podido volver a patinar», lamenta, a la vez que desea que su historia y su 'pesadilla' «puedan servir para que cuiden y mantengan el skatepark, porque aquí vienen también niños y no se puede permitir que el mal estado de la instalación pueda provocar más accidentes», remarcando que el déficit de este tipo de recintos en Palma complica la práctica del 'skate' en sus diferentes modalidades. «Están Sa Riera o el Parque Wifi, pero este último lo usan como tobogán», relatan algunos de los patinadores que por allí ruedan. Mientras, tanto, Tania sigue contando los días para poder volver a tener una vida completamente normal y subirse de nuevo a su skatesurf.