Cada pantalla instalada tiene una longitud aproximada de 50 metros y una altura de un metro.

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MIQUEL BAUÇÀ/JOSEP ROSSELLÓ La iniciativa emprendida por el Consistorio consiste en plantar sobre la playa de Santa Ponça una serie de pantallas realizadas con cañas que actúan como barrera para evitar la pérdida de arena debido a la acción eólica.

FOTO: MICHEL'S

En este caso han sido instaladas varias hileras de cañas, de forma paralela, en el sector izquierdo de la playa, mirando al mar, donde los estudios previos calculan que tiene mayor incidencia el impacto del viento. Cada barrera tiene una longitud aproximada de unos 50 ó 60 metros y una altura de un metro.

En los últimos días el viento ha soplado con fuerza y los comerciantes de la primera línea de Santa Ponça ya han notado los efectos positivos de la actuación. Uno de ellos comentó a Ultima Hora que en anteriores ocasiones, en una situación similar, las aceras y la calle se llenaban de arena. De hecho, hace unos años que la brigada municipal tuvo que intervenir para retirar de la vía pública enormes montones de arena desplazada por la fuerza del viento.