Los concejales de Participación Ciudadana y de Cultura de Inca,
Rafel Torres y Joana Rosselló, respectivamente, fueron increpados
por varios individuos en la madrugada del sábado al domingo después
de que el alcalde, Pere Rotger, ordenara el corte de suministro de
electricidad a las casetas instaladas en la Plaça del Bestiar con
motivo de celebración de la Feria de Abril.
El acuerdo a que habían llegado los organizadores de la feria y
los responsables políticos del Ajuntament consistía en que todas
las casetas debían cesar su actividad a las cuatro de la madrugada,
especialmente la música. El viernes por la noche, de hecho, no hubo
ningún problema para que se cumpliese lo establecido. En cambio, en
la madrugada del sábado al domingo, tocaron las cuatro y nadie
parecía tener la intención de cerrar las casetas, a pesar de los
avisos que iban dando tanto los concejales presentes como el propio
alcalde.
Ante la falta de respuesta de los bares y entidades que tenían
alquiladas las casetas, el alcalde, Pere Rotger, ordenó que se
apagase la alternadora que suministraba electricidad a las casetas,
hecho que provocó las protestas de los clientes que aún permanecían
en el recinto ferial. Algunos de ellos, visiblemente afectados por
el consumo de alcohol, protestaron airadamente la decisión del
alcalde, que ya se había marchado. Y quienes recibieron los
insultos e incluso algún intento de agresión fueron los concejales
Torres y, en menor medida, Joana Rosselló, que tuvieron que ser
protegidos por los agentes de la Policía Local y de la Guardia
Civil que estaban presentes en el recinto.
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