Vecinos y turistas de la Colònia de Sant Jordi han dejado sentir
sus quejas y mostrado su indignación ante el Ajuntament de ses
Salines. El motivo es que en el núcleo costero se incumple la
ordenanza de ruidos y se siguen realizando obras de gran
envergadura durante la temporada alta.
El Ajuntament de ses Salines reconoce que se deben tomar medidas
porque la ordenanza de ruidos prohíbe realizar obras desde los
meses de mayo a octubre. El alcalde de ses Salines, Antoni
Caldentey (UM), explica que «el Ajuntament ha decidido enviar a la
Policía Local para que proceda a la paralización directa de las
grandes construcciones que se realizan. Comprendo las quejas de los
vecinos y los turistas».
Según ha podido saber este periódico, las quejas llegadas hasta
el Ajuntament superan las 80. Incluso turistas que estaban alojados
en hoteles de la Colònia de Sant Jordi han pedido a las agencias de
viajes que les cambien de zona por los ruidos y molestias
provocadas por las grúas, camiones y excavadoras que trabajan en
las obras cercanas a domicilios particulares y hoteles. Algunos
turistas han sido trasladados a Cala d'Or, Cala Ferrera o
Portocolom.
El teniente de alcalde y delegado de urbanismo del Ajuntament de
ses Salines, Antoni Bonet (UM), indica que «hemos advertido en un
par de ocasiones a los constructores que cesen en su actividad
porque así lo prohíbe la ordenanza. No nos queda otro remedio que
empezar a aplicar sanciones contra las construcciones porque con
las advertencias no basta. Nuestra ordenanza es clara en este
aspecto y desde los meses de mayo a septiembre no se pueden
realizar obras de envergadura». El teniente de alcalde especifica
que como máximo se pueden acometer reformas interiores.
Bonet comenta que los técnicos están estudiando la cuantía de
las sanciones que con toda seguridad serán importantes.
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