El seis de septiembre de 1989 una fuerte lluvia torrencial causó
graves inundaciones que afectaron a todo el municipio. Hoy se
cumplen diez años y el peligro de que algo parecido vuelva a
suceder es casi el mismo que entonces y aunque el Gobierno central
aprobó en su momento el proyecto del desvío, las obras no han
llegado a realizarse nunca.
La torrentada de 1989 se recuerda como una de las que más daños
han causado. Manacor se quedó incomunicado, ya que se cortaron
todas las carreteras de los alrededores. En algunos puntos de la
ciudad, como la avenida del Torrent, el agua alcanzó el primer piso
de altura. Los comercios de la zona sufrieron pérdidas millonarias
y desde entonces reivindican el desvío como una de los proyectos
más urgentes que deben llevarse a cabo para evitar que el desastre
se repita de nuevo.
Frente a ello, un sector destacado del municipio se ha mostrado
siempre en contra del desvío puesto que el proyecto afecta a una
importante zona agrícola, así como una parte industrial de
Manacor.
Después del desastre de 1989 cada mes de septiembre se realiza
una limpieza a fondo del cauce que hace unos años se amplió para
evitar que la acumulación de residuos obstaculice las vías de
entrada y salida del agua.
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