Fornalutx celebró ayer el acto más tradicional de sus fiestas: el
«correbou». Este año, sin embargo, no se produjeron los habituales
enfrentamientos con las protectoras de animales. De hecho, al ser
día laborable el «correbou» fue exclusivo para los vecinos del
municipio y para algunos vecinos del valle de Sóller fieles a la
cita.
A las 8 de la mañana, llegaba a Fornalutx «Esplendido», un toro
marrón de 300 kilos y de afilada cornamenta. La carrera fue limpia
y exenta de incidentes destacables, y entre el recorrido y el
descanso transucurrió una hora.
El nuevo alcalde de la localidad, Andreu Barceló, quiso que la
carrera fuera más segura. Para conseguirlo, gestionó la Cruz Roja
desplazó hasta el lugar un equipo médico, dos ambulancias y ocho
socorristas sanitarios. Además, contrató un director de lidia y un
torero, y aumento la póliza del seguro de responsabilidad civil a
25 millones de pesetas.
Este año, el equipo de gobierno progresista quiso recuperar la
tradición de poner al toro una corona de laurel. El privilegio fue
para la joven Magdalena Busquet.
Los únicos incidentes de la jornada procedieron de los jóvenes
que ingieron demasiado alcohol, protagonizando alguna que otra
pelea. El alcalde que estaba un poco nervioso al primeras horas de
la mañana, mostró al final su satisfacción por el buen transcurso
del encierro.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.