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T. ROSSELLÓ La historia de Porreres difícilmente se puede explicar sin mencionar el alimento que más ha contribuido, desde siempre, a generar el patrimonio de todo este municipio. Se trata del albaricoque, una fruta que sigue gozando de buena salud en su variante en fresco, pero no así en la de seco. Por este motivo, desde el Ajuntament se ha decidido iniciar una campaña para devolver parte del esplendor de antaño a este laborioso producto.

Las ideas van encaminadas a poder celebrar en verano una Fira de S'Aubercoc, además de promocionar el producto en los hoteles de la comunidad balear y así consolidar este producto en el mercado interior.

Para explicar el declive del albaricoque en seco, basta con echar la vista atrás y ver que de las 600 toneladas que se producían en los años 70, en la actualidad apenas se llega a las 40 en todo el municipio. Las causas se encuentran, según comentan los propios agricultores y elaboradores del producto, en los altos costes que genera por la falta de mano de obra y la casi imposibilidad de exportarlo a otros mercados.

Además, apunta el delegado de Agricultura del Ajuntament de Porreres, Bernat Bauçà, «parece que desde la Unión Europea se quiere enterrar el albaricoque en seco y, por tanto, es necesario dar un nuevo impulso».

Por su parte, algunos especialistas en la materia como el payés Pere Mulet, aseguran que es normal que él y otros vayan dejando de comercializar el seco para producir más en fresco, ya que los costes son menores y las ganancias mayores.