El Defensor del Ciudadano de Calvià, Antoni Pallicer, presentó ayer
la memoria del año 1998. Durante el pasado ejercicio, el Síndic del
Ciutadà tramitó 164 denuncias, de las que 95 fueron resueltas
favorablemente para los afectados, además de otros 49 procedentes
de años anteriores.
Según Pallicer, los vecinos de Calvià protestan por la excesiva
burocratización de la Administración, de los retrasos en la
concesión de licencias de obras, de la proliferación de ruidos y de
la saturación del tráfico rodado, especialmente en Torrenova, la
calle Ramon de Moncada (Santa Ponça) y las calles Mayor y Sor
Rosenda (Calvià).
Asimismo, los ciudadanos valoran negativamente el transporte
público colectivo y algunos servicios de playa, como la falta de
baños públicos. Por el contrario, los residentes aprueban el foro
de debate ciudadano, el plan de viviendas para jóvenes del propio
municipio, los paseos marítimos y el plan de becas para los
universitarios.
El Defensor del Ciudadano ha calificado lo acontecido a lo largo
del 98 como «el año de la desmesura» motivado por la intensa
actividad económica y por los excesos en todos los ámbitos de la
vida». Para Pallicer, los «excesos en el tránsito, atascos en las
calles y carreteras, falta de aparcamientos y ruidos, así como
excesos en la construcción y todo lo que conlleva de excavaciones y
taladradoras nos ha hecho sentir un tanto abrumados e inquietos,
provocando que la calidad de vida haya salido malparada».
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