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La discordia y la confusión dominaron ayer en la primera jornada de funcionamiento de la nueva estación de autobuses. De momento, la nueva ubicación de los autobuses no es el único lugar en Inca donde se paran estos vehículos. La Policía Local permite a las compañías de transporte que recojan gente en la plaza Mallorca, por lo que la confusión entre los pasajeros es grande.

La policía montará un dispositivo especial durante una semana en la nueva estación para evitar que se aparque en las zonas prohibidas, ya que se entorpece el paso de los autobuses. A pesar de la presencia de agentes de policía, la gente estacionó en lugares prohibidos, incluso alguno se coló en la zona de los andenes. Ayer, los agentes pusieron varias multas, incluso la grúa se personó en la estación, pero según un policía no pudo llevarse uno de los vehículos porque era automático.

Los viajeros que acudieron ayer a la estación nueva tenían opiniones bastante divididas. Mientras que unos manifestaban que la estación era bonita, otros se quejaban de que estaba más alejada del centro que la otra parada. Los conductores protestaron por tener que acudir a la nueva parada porque aseguran que les ocasiona más molestias que beneficios. Según contaba un chófer que realiza el trayecto entre el Port de Pollença y Palma, «con el coche de doce metros cuesta acceder a las paradas pero con el coche de 18 metros resulta casi imposible». Otro conductor comentaba que normalmente suben 20 pasajeros en Inca y ayer sólo había en la parada una media de ocho viajeros.