Los vecinos de la calle Pare Cerdà están muy molestos por las obras
del Pla Mirall que se están ejecutando en la zona. El polvo y el
ruido que producen las máquinas son el centro de las quejas de la
gente que vive en esta calle. «Ya me han caído dos cuadros de la
entrada de la casa con los temblores que produce la maquinaria de
la obra», manifiesta un vecino, indignado.
Además, varios afectados presentaron una denuncia a la
Conselleria d'Indústria el pasado 5 de julio al detectar varias
irregularidades en las obras. La Conselleria de Sanitat también
podría intervenir en el asunto. Los vecinos se quejan de que la
instalación eléctrica para la iluminación pública están a unos 10
centímetros de la rasante de la acera. Este hecho, según los
afectados, resulta peligroso porque el agua está muy cerca de la
electricidad. El agua que recogen los imbornales pasa por encima
del agua potable hacia la cañería de fecales, con el consiguiente
peligro de que se puedan mezclar los diferentes líquidos.
En este sentido, durante dos meses se ha tenido abierta al aire
libre una tubería de fecales y los vecinos han tenido que sufrir
los malos olores. Desde el Ajuntament se ha encargado un informe al
ingeniero municipal para que determine si existen las
irregularidades que han denunciado los vecinos a la Conselleria de
Industria. «Si hay algo incorrecto lo comunicaremos a la empresa
constructora para que lo repare inmediatamente», afirma el alcalde,
Pere Rotger.
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