Cintas de colores, ramos de flores y cañas fueron los elementos
principales que adornaron ayer la Festa del Fadrí de Moscari. Pero
el verdadero protagonista fue Fernando Seda, elegido este año el
fadrí. Seda fue escogido por el grupo de fadrines del pueblo en el
transcurso de una cena.
Esta tradicional fiesta de Moscari consiste en una procesión por
las calles del pueblo en la que el fadrí, ataviado con las
vestimentas de payés y con una caña de la que cuelgan cintas de
colores, va recogiendo a todas las chicas solteras del pueblo.
Ellas le esperan con impaciencia ante sus casas y llevan un ramo de
flores entre las manos. El fadrí se para ante ellas, les da dos
besos y las invita a unirse a la procesión.
Dentro de este desfile también interviene el abanderado, que es
el fadrí del pasado año. Este personaje fue representado por
Llorenç Palou. La procesión termina en la plaza de la iglesia donde
esperan la autoridades para dar comienzo a la celebración de la
Eucaristía. La fiesta del fadrí fue recuperada en Moscari en 1982,
tras dejarse de celebrar durante varios años.
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