En la edición de este año de la Pujada a Lluc han participado más «marxaires» que en años anteriores. Foto: ÀNGEL SERRA

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RAMÓN MOROTE Cerca de 7.000 marxaires procedentes de 38 poblaciones participaron en la madrugada y mañana de ayer en la Pujada a Lluc a Peu desde la Part Forana, organizada por la Associació d'Antics Blauets y financiada por el Consell de Mallorca. Esta ha sido la 21ª edición, que ha coincidido con la diada de la Mare de Déu de Lluc.

Este año, aumentó considerablemente la participación de marxaires procedentes de poblaciones como Sóller o Bunyola, con unas 300 personas. Y también fue muy elevado el número de peregrinos procedentes de Manacor y Son Servera.

Tras una noche de peregrinación, a las cinco de la mañana empezaron a llegar al santuario los primeros caminantes. Su llegada se produjo por espacio de varias horas. De hecho, a las ocho aún faltaban por llegar unos 300 participantes. Algunos iniciaron el camino desde sus poblaciones de origen, mientras que otros se trasladaron hasta Inca para iniciar allí su recorrido.

Como incidencia cabe resaltar que tuvo que ser atendido cerca de Inca un hombre de 35 años, que había salido de s'Horta, por una bajada de azúcar. Desde cada población los marxaires contaron con asistencias y, a partir de Inca, 16 miembros de protección civil y siete ambulancias velaron por la seguridad de los participantes.

Una vez en Lluc, junto a la Font Coberta se ofreció chocolate caliente y comida a los cansados peregrinos. Según Martí Serra, responsable del avituallamiento, se utilizaron un total de 400 litros de leche y 40 kilos de chocolate para elaborar la bebida. Durante el camino también se encargó el avituallamiento. Sesenta personas colaboraron con la organización.