Una vez realizada la revisión de la propiedad urbana dentro del
suelo rústico, el Ajuntament tiene previsto convocar un concurso
público para la revisión catastral de la propiedad urbana dentro de
suelo urbano. Según el técnico que realizó el estudio en fora vila,
«las posibles infracciones serán similares a las que se detectaron
en suelo rústico».
El alcalde de Inca, Pere Rotger, asegura que hay edificaciones
que tienen la certificación de final de obra pero no han dado de
alta las contribuciones de Hacienda. El alcalde cree que «el motivo
principal de estos hechos es la descoordinación que había entre las
áreas de Urbanismo y Hacienda durante el gobierno del pacto de
progreso en Inca».
La infracción más común que se ha detectado dentro del suelo
urbano son casas que tienen licencia para la construcción una
planta baja y luego construyen, sin permiso, un piso o más encima.
Rotger asegura que con la puesta al día del catastro, la Sala puede
ingresar entre 25 y 30 millones más anuales. Los servicios
municipales han localizado 167 nuevas edificaciones, 394
ampliaciones, 887 modificaciones de obra y 447 pequeñas
modificaciones.
Rotger manifiesta que a finales de 2000 se tiene prevista una
partida de 100 millones de pesetas en concepto de ingreso por la
revisión del suelo urbano, pero el Consistorio dispone de tres años
para cobrar y abrir los expedientes urbanísticos correspondientes.
Rotger cree que con estos ingresos del catastro la deuda de este
año, que sube a unos 900 millones de pesetas, puede reducirse en un
70 ó 80 por ciento en tres años.
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