Alrededor de unas diez explotaciones de ganado ovino en la comarca
de Llevant han tenido que ponerse en cuarentena al detectarse a un
virus mortal que ha atacado y causado un importante número de bajas
en algunos ejemplares del rebaño. Los síntomas que padecen estos
animales son fiebre muy alta, hinchazón en las mejillas y los
morros, pérdida del apetito, bajo estado de ánimo, inmovilidad y
asfixia. La muerte suele ser rápida, generalmente al tercer día de
detectarse estos síntomas.
La enfermedad, según ha informado la Conselleria d'Agricultura,
se sospecha que puede ser de tipo enzótico, es decir de carácter
infeccioso pero común. La presencia de esta enfermedad es habitual
en determinadas épocas y no está sujeta a la declaración oficial
obligatoria. No obstante, al tratarse de una patología vírica, se
han recogido una serie de muestras que han sido enviadas a Madrid
para su estudio. Desde la Conselleria d'Agricultura no han podido
hacer una valoración de las bajas ocasionadas debido a esta
enfermedad vírica que sólo ataca a las ovejas adultas, puesto que
no se ha producido ninguna baja en los ejemplares que tienen menos
de nueve meses de vida. Esta patología se detectó el pasado jueves
pero sólo ha afectado a una franja de fincas comprendidas entre sa
Torre de Canyamel, del término municipal de Capdepera hasta Son
Servera.
Una de las explotaciones más afectadas, ubicada en Son Servera,
fue visitada por Ultima Hora . El consejero
delegado de la finca ha explicado que «de las 400 ovejas del rebaño
se han muerto un total de 130 ejemplares». «En un principio
pensamos que se debía a que los animales habían comido hierba
fumigada o a causa del pienso alimentario, pero al final se ha
comprobado que no». Las medidas que se han adoptado con el fin de
paralizar la extensión de la enfermedad han sido la inmovilización
del rebaño, la desinfección y limpieza de las celdas con
superfosfato de calcio.
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