La denominación de origen del vino de Binissalem podría recibir muy
pronto el distintivo adicional de «cualificada». Se trata de un
distintivo de calidad que hasta ahora solo han conseguido los vinos
de Rioja en el ámbito del Estado español. Para acceder a ese
reconocimiento las bodegas deben cumplir unos requisitos muy
estrictos. Se exige que el 90% de las bodegas y el 90% de las viñas
en producción se encuentren dentro del territorio de la
denominación de origen y que el precio de la vendimia sea un 50%
superior al de la media nacional.
Una de las consecuencias más importantes que comportará la nueva
categoría será la eliminación total de la venta de vino a granel,
que aún se realizaba en algunas bodegas. De hecho, se calcula que
la comercialización de vino sin embotellar supone en estos momentos
un 20% de las ventas totales.
La obtención del distintivo de «cualificada» no supone ninguna
ventaja ni beneficio material para los productores, sino un
reconocimiento a la calidad del vino elaborado, así como un mayor
prestigio de cara al exterior. El nuevo distintivo requerirá
incrementar aún más los controles que se realizan del vino.
Los vinicultores adscritos a la denominación de origen hace
tiempo que luchan para conseguir este distintivo. De hecho, hace un
par de años formularon una petición ante la Conselleria de
Agricultura que no ha llegado a prosperar por la inexistencia de un
catastro de las viñas de Mallorca. El Govern trabaja en estos
momentos para elaborar un documento que sirva para acreditar las
condiciones de producción de los vinos que optan a la
denominación.
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