Los dos partidos de la oposición del Ajuntament de Calvià han
criticado con dureza la propuesta del equipo de gobierno de
incrementar la presión fiscal. Los portavoces de los grupos
municipales del PP y UM, Carlos Delgado e Isidre Canyelles,
respectivamente, no escatimaron calificativos para denunciar la
«injustificada» de los impuestos municipales para el próximo año.
Anteayer, el teniente de alcalde de Hacienda, Antoni Manchado,
anunció que en 2001 el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) subirá el
9'9%, los vados permanentes el 91%, la tasa de basuras el 7% y las
guarderías municipales el 11%, entre otros. El portavoz socialista
justificó el incremento en que se debe mantener el ritmo de
inversiones y servicios, y afrontar las deudas.
El concejal de UM Isidre Canyelles no se mordió la lengua y ayer
acusó al gobierno socialista de «no necesitar subir la presión
fiscal para afrontar inversiones o mantener servicios sino para
financiar todas las operaciones de márqueting e imagen que van
asociadas a todas las iniciativas municipales». En su opinión,
prescindiendo de estos gastos no sería necesaria la subida de
impuestos. Canyelles también criticó que «en el expediente
entregado por la mayoría municipal no hay ningún informe que
justifique estos incrementos». «No hay ninguna explicación seria»,
agregó.
Por su parte, el portavoz popular calificó de «verdadera
salvajada» la elevación de los impuestos locales, de la que se ha
enterado «por la prensa». Carlos Delgado apuntó la presión fiscal
en Calvià es del doble que en Palma y citó que «cada ciudadano de
Palma paga al año 57.000 pesetas, mientras que en Calvià cada
vecino paga 115.000 pesetas anuales». «El problema que tiene el
equipo de gobierno es que tiene que afrontar unos pagos y mientras
otros ayuntamientos lo hacen con recursos propios el Ajuntament de
Calvià lo hace en base a endeudamientos», agregó.
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