La primera de las ferias previas al Dijous Bo ganó ayer la partida
a la lluvia y al mal tiempo que amenazaron con suspenderla al menos
en parte.
Las ganas de salir a la calle, sobre todo, de los inquers hicieron
que el agua no fuese ningún obstáculo para que el centro de la
ciudad registrase una intensa actividad.
Y es que ayer la mayoría de los comercios del centro tuvieron
sus puertas abiertas de forma que fueron muchos los vecinos que
aprovecharon para hacer la compra.
Las paradas de flores, plantas, frutas y verduras que se
montaron a lo largo de la calle Major y de la plaza España fueron
un foco de atención para muchos que cargaran macetas en
cantidad.
El mercado cubierto también contó con un fuerte tránsito de
visitantes. Allí, había montada la muestra de gatos y una
exposición de bonsáis y cactus, además de numerosas macetas del
concurso de plantas.
A pesar de la lluvia, la Trobada de Xeremiers se celebró de
forma que las calles del centro se llenaron de música.
Lo que llamó más la atención de este año fue la Mostra de Productes
Autòctons Balears, que se montó en una gran carpa instalada en la
plaza Mallorca. El vino y el queso fueron los grandes protagonistas
de esta muestra que gustó mucho a la gente.
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