En estos momentos, en el Puig de Santa Magdalena de Inca ya debería
funcionar, a pleno rendimiento, un aula de natura, instalada en el
lugar conocido como el Hort dels Ermitans. No obstante, todavía hoy
no se ha hecho absolutamente nada en esta finca.
En enero del año pasado, el Obispado de Mallorca, propietario de
los terrenos, firmó un convenio con el que cedía el uso de la
finca, de 3.600 metros cuadrados, durante veinte años al Govern y
al Ajuntament para que crearán en ella un espacio de educación
medioambiental.
La Conselleria de Medi Ambient se comprometió, entonces, a
ejecutar una ambiciosa mejora de cerca de 40 millones de pesetas.
El Ajuntament tenía que encargarse después del mantenimiento y
gestión de las instalaciones. Ha pasado más de un año y medio desde
entonces y el proyecto parece haberse olvidado. Además, el lugar,
situado en un área natural protegida, se ha ido degradando
notablemente.
El problema más grave que padece ahora la finca es que en ella
se vierten continuamente aguas residuales procedentes de una fosa
séptica construida para recoger las aguas fecales del restaurante
ubicado en lo alto de la montaña. A pesar de que las tuberías
fueron reparadas hace poco, se han detectado grietas en el depósito
de manera que el líquido se filtra y desprende malos olores. El
proyecto de recuperación preveía la eliminación de la fosa séptica.
Desde el Ajuntament, se han pedido explicaciones a Medi Ambient sin
obtener respuesta.
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