La xeremia está de moda y su manejo crece a pasos agigantados
después de décadas de marginación musical. Éste es al menos el
positivo balance que se puede extraer de la sexta Trobada de
Xeremiers, que se celebró ayer en sa Pobla, promovido por la
Asociación Albopas.
Más de 80 xeremiers y fabricantes de instrumentos de congregaron
en la plaza, superando ampliamente la participación registrada en
los anteriores encuentros.
Los xeremies empezaron a sonar a media mañana y la música fue
creciendo en intensidad a medida que se iban incorporando músicos a
la fiesta. En la plaza, se empezó a crear un gran ambiente gracias
también a la Fira de Luthiers o artesanos fabricantes de
instrumentos musicales. Esta feria, que se creó con un escaso
seguimiento, ya ha contado con la participación de una docena de
expositores.
Desde la organización se valora este hecho viene a demostrar
precisamente el gran interés existente por los instrumentos
tradicionales. De hecho, en Mallorca se han multiplicado los
artesanos del ramo en muy poco tiempo, después que el oficio casi
se perdiera en el olvido.
En los tenderetes, los músicos podían encontrar desde xeremies a
gralles, pasando por los tamborinos, flabiols y hasta ocarinas.
Además, un factor importante fue el intercambio de conocimientos
entre los artesanos y los músicos.
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