El Club Nàutic de la Colònia de Sant Pere (Artà) tendrá que
afrontar una serie de indemnizaciones porque vendió 29 amarres para
embarcaciones normales cuando tiene la obligación de convertir
estos puestos para embarcaciones de vela. Esta es una de las
condiciones que impone la Conselleria de Medi Ambient a la entidad
promotora de la ampliación del puerto deportivo de la Colònia de
Sant Pere para poder seguir con las obras que se encuentran
paralizadas desde hace casi tres años.
El informe sobre impacto ambiental que presentó el club náutico,
y que la Comissió Balear de Medi Ambient informó favorablemente
para poder finalizar las obras, contemplaba 29 embarcaciones más
respecto al proyecto presentado en 1996. El director general de
Litoral, Onofre Rullan, manifestó que estos amarres se podían
realizar si se destinaban para uso exclusivo de embarcaciones de
vela. El problema que surge ahora es que la entidad promotora ya
tiene vendidos estos 29 amarres para embarcaciones normales y
tendrá que sortear entre sus socios quién se queda con los puestos
para barcas de vela.
El director general Onofre Rullan ha explicado que «si el club
náutico quiere la concesión del puerto deportivo de la Colònia de
Sant Pere tendrá que cumplir con este requisito, porque de lo
contrario, no se podrán terminar las obras». Rullan expone que «el
club náutico tendrá que hacer frente a indemnizaciones si las
personas que han comprado los amarres para embarcaciones normales
se deben quedar con los puestos de barcos de vela, pero la forma en
que soluciones este problema no es de nuestra incumbencia, el hecho
es que tendrá que cumplir con las condiciones establecidas si
quiere que el Consell de Govern dé el sí definitivo a la
continuación de las obras».
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