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J.M. SASTRE «Llegará un día en que llevaremos los teléfonos incrustados en nuestro oídos», decía el anuncio. Quizá un día pase esto pero, de momento, en una casa de Felanitx vive Catalina Obrador quien, desde hace 15 días, no tiene línea en su teléfono fijo y no hay manera de que alguien le soluciona el problema.

Catalina explica que ha llamado unas 50 veces al 1004 de Telefónica. El número de llamadas no es exagerado, ya que tiene una lista con los nombres de todas las operadoras que la han atendido y cuando llama le dicen que «ya conozco su caso».

El 1 de diciembre recibió una notificación en que le decían que si no pagaba una factura de 14.000 pesetas el día 6 le cortarían la línea. Catalina Obrador acudió el mismo día a una entidad bancaria y pagó la factura. Sin embargo, el 6 le cortaron la línea. Catalina llamó al 1004 y le dijeron que enviara un fax con la factura, lo mandó y no le abrieron la línea.

Catalina solicita que si hay algún responsable de Telefónica que quiera ayudarla y solucionar el problema, le llame a su móvil.