La falta de cimientos en las antiguas casas de Can Seda ha obligado
a derruirlas casi en su totalidad. Mientras se estaban
desarrollando los trabajos de rehabilitación para convertirlas en
un centro de formación ocupacional, los trabajadores se dieron
cuenta de que las casas de Can Seda carecían de cimientos.
En principio, estaba proyectado mantener al máximo el carácter
original del inmueble, esto no ha sido posible y, finalmente, sólo
se ha podido dejar intacto un muro de piedra ubicado en la parte
posterior .
Ante el peligro de trabajar y el temor de que, una vez
rehabilitadas, se agrietaran las paredes, el Ajuntament decidió
derribarlas prácticamente en su totalidad.
«No hubo alternativa», dijo el alcalde de la localidad, Bernat
Coll. «En principio, el proyecto preveía que, tal y como ya se hizo
en la rehabilitación de sa Mina de na Truyola, se conservara al
máximo el carácter original del inmueble. No obstante, la falta de
cimientos lo han hecho imposible», añadió.
Finalmente, sólo se ha podido conservar un gran muro de piedra
situado en la parte posterior del inmueble y ha sido imposible la
conservación de elementos singulares como los arcos y la
escalinata.
Las obras de rehabilitación para convertir Can Seda en un centro
de formación ocupacional se iniciaron el pasado mes de septiembre y
marchan a buen ritmo. Presupuestado en 69 millones, el coste de
éstas se pagará con fondos europeos.
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