Una multitud esperó el tren en el nuevo apeadero de sa Pobla. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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Cientos de personas esperaban ayer la llegada del tren a sa Pobla. Entre palmas y gritos de euforia, y acompañado por la música de la banda municipal y de los xeremies, el vagón oficial llegó a la estación pasada la una del mediodía. A bordo, una nutrida comitiva, encabezada por el president del Govern, Francesc Antich. Los Reyes Magos llevarán hasta sa Pobla un fantástico regalo y es que en sus dos primeros días de funcionamiento abierto al público, los días 6 y 7 de enero, la línea de tren Palma-sa Pobla será gratuita. A partir de día 8, los viajeros deberán abonar 600 pesetas para cubrir el trayecto en sus dos sentidos de circulación.

Los poblers invertirán aproximadamente 55 minutos en llegar a Palma. La empresa pública Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) ha sincronizado los trenes que partirán de sa Pobla con los que salen de Inca para eliminar tiempos de espera. Las frecuencias serán de una hora y se reducirán a 40 minutos en las horas punta. Faltan aún diez días para que el tren esté al alcance de todos pero algunos privilegiados pudieron ayer sumarse a un viaje inaugural que casi nadie quiso perderse.

No faltaron las alusiones de los políticos a la primera «inauguración» de la línea que hizo el ex presidente Matas durante la pasada legislatura. Antich respondió a las preguntas de los periodistas de este modo: «Estamos muy contentos de que el PP iniciara un proyecto, el de recuperar el tren, en el que todos estábamos de acuerdo, lo que esperamos es que en este viaje inaugural sí que se llegue definitivamente a sa Pobla».

Entre los numerosos asistentes a la inauguración oficial se contaban la mayoría del consellers del Govern, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antonia Munar; una decena de alcaldes de la Isla y una nutrida representación de la sociedad balear. Todos ellos fueron subiendo al convoy oficial en cada una de las estaciones de la línea. Así, por ejemplo, Tolo Güell, se subió en es Figueral y los alcaldes de Marratxí, Lloseta, Binissalem e Inca, subieron a bordo en los apeaderos de sus respectivos municipios. El alcalde de Alaró, Josep Gomila, se sumó a la comitiva en Inca.