Los representantes de los pueblos de es Pla gobernados por el PSM,
UM o el PSOE, no entienden las amenazas de abandonar la
Mancomunitat realizadas por los alcaldes del PP, quienes
denunciaron sentirse discriminados.
El alcalde de Vilafranca, Jaume Sansó (PSM), explicó que «es muy
extraño que justamente ahora se pongan de acuerdo cuando algunos de
ellos habían cooperado sin problemas, sólo le veo una explicación:
que se trate de una maniobra política». En el mismo sentido se ha
expresado el alcalde de Porreres, Joan Sastre (UM), quien añadió
que «estoy sorprendido porque en los plenos la mayoría de puntos se
aprueban por unanimidad. No pueden sentirse discriminados porque,
por ejemplo, en Montuïri se ha abierto el centro de día».
El alcalde de Algaida, Jaume Jaume (PSOE), defendió que a él
nadie le obligó a votar a Joan Font (PSM) como presidente, tal y
como denunciaron los conservadores, sino que «voté a quien yo creí
conveniente para que hubiera un gobierno progresista»,
argumentó.
Por otro lado, la intención de no asistir a los plenos del
alcalde de Sencelles, Josep Aloy, sorprendió a los alcaldes puesto
que de los últimos diez, Sencelles sólo ha estado representada en
tres. El alcalde de Llubí, Francesc Bauzà (PSM), dice sentirse
sorprendido por el malestar de los alcaldes populares y explica que
«ha habido un poco de descontento con el tema de las basuras pero
no ha habido problemas. Si los alcaldes tienen algún problema
deberían plantearlo en una comisión de gobierno». Por su parte, el
alcalde de Maria, Jaume Mestre (PSM), entiende que se trata de una
estrategia política.
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